El eclipse anular solar —en el que la Luna pasa por delante del Sol, pero dejando ver sólo un anillo dorado alrededor de sus bordes— comenzó a ser visible en amplias zonas de todo el continente asiático el lunes por la mañana.

A continuación el eclipse comenzó a verse a través del Pacífico y en las próximas horas llegará a algunas partes del suroeste de Estados Unidos —donde todavía es domingo_, como el norte de California, Nevada, el sur de Utah, el norte de Arizona, Nuevo México y el noroeste de Texas.

En Japón se organizaron recorridos para ver mejor el eclipse, ya sea en embarcaciones de recreo y hasta en aviones privados. Se efectuaron eventos similares en China y Taiwán.

El eclipse fue transmitido en vivo por la televisión de Tokio, donde no se veía un eclipse solar desde 1839. El Museo Astronómico de Taipei abrió sus puertas antes del amanecer del lunes y el Museo Espacial de Hong Kong instaló telescopios con filtros solares fuera de su edificio en el paseo marítimo de Kowloon.

La televisión japonesa envió equipos para observar el fenómeno desde la cima del monte Fuji. También enviaron un equipo a un zoológico al sur de Tokio para captar la reacción de los chimpancés, pero éstos no parecieron darse cuenta.

Una ligera lluvia cayó en Tokio al comenzar el eclipse, pero las nubes se adelgazaron a medida que el eclipse alcanzó su punto máximo, proporcionando condiciones casi perfectas.

"Fue un espectáculo muy misterioso", dijo Kaori Sasaki, quien se unió a una multitud en el centro de Tokio para ver el fenómeno. "Nunca había visto nada como esto".