A finales de 2019 se comenzaron a tener noticias del coronavirus que hasta el momento ha cobrado la vida de más de tres mil personas. Antes de conocer los efectos de esa peligrosa enfermedad, en China se propagó un virus que causó la muerte de millones de cerdos.

De acuerdo con una investigación de la agencia Reuters, la peste porcina africana (PPA) que mató a millones de cerdos en el mundo se mantuvo en secreto por el gobierno de China. Las autoridades subestimaron la gravedad del brote y eso obstaculizó una respuesta oportuna.

En 2018 se registró el primer caso de peste porcina africana en la provincia de Liaoning, y días después el virus se encontraba a más de mil kilómetros al sur de esa localidad. Los casos se presentaron en cerdos comprados por WH Group, principal procesador de carne en la provincia de Heilongjiang.

Esta enfermedad afecta a cerdos domésticos y silvestres, y es altamente contagiosa por un virus que provoca fiebre, pérdida de apetito y diarrea. Después se presentan hemorragias internas que causan la muerte una semana después de contraerla.

El virus de peste porcina africana se propagó en China debido a que la población prefiere consumir carne fresca que procesada. El movimiento de cientos de miles de cerdos vivos por el territorio ayudó a que se extendiera la enfermedad, aunque esta no representa una amenaza directa para los humanos.

Tras los primeros casos, ocho meses más tarde la enfermedad se propagó por todo el país y en las fronteras de Mongolia, Vietnam y Camboya. La problemática inició cuando Reuters descubrió la ausencia de informes en los casos de ciertas regiones chinas.

Las provincias de Hebei, Shandgong y Henan representaron el 20% de los 700 millones de cerdos sacrificados en 2017. Sin embargo, los reportes de ganaderos de varias regiones chinas no coincidían con las estadísticas oficiales de Pekín.