Un nutrido grupo de manifestantes se congregó nuevamente en los alrededores de la Casa Blanca este sábado, como parte de las protestas contra el asesinato de George Floyd a manos de agentes de la policía de Mineápolis.

Agentes del servicio secreto de los Estados Unidos, encargados de la seguridad del presidente Trump y otros altos funcionarios de gobierno, desplegaron un fuerte dispositivo de seguridad, incluyendo barricadas, para impedir el paso de los manifestantes.

Entre ánimos crispados, varios manifestantes se enfrentaron contra los agentes, logrando romper una de las líneas de contención e incluso subiendo sobre los vehículos de los agentes.

Mientras tanto, otras ciudades como Los Ángeles y Columbus, Ohio, también presentaron fuertes protestas y manifestaciones.

Los enfrentamientos en Columbus llegaron a tal punto que la policía lanzó gases lacrimógenos contra los manifestantes con el fin de dispersarlos.

En Los Ángeles, miles de personas marcharon en repudio al asesinato de Floyd, en un principio, de forma pacífica.

Sin embargo, los manifestantes terminaron enfrentándose contra agentes de la Policía de Los Ángeles, tristemente célebres por su brutal golpiza contra Rodney King, en la década de los noventa, incendiando al menos una patrulla.

Se esperan más protestas con posibilidad de una escalada de violencia en otras ciudades como Nueva York, Nueva Jersey y la propia Mineápolis, en donde las protestas y saqueos se extienden ya por quinta noche consecutiva.