La Armada de Brasil dijo el jueves que detectó una fuga de petróleo costa afuera, cerca del estado de Espirito Santo, en el último de una serie de derrames que han generado dudas sobre la seguridad de una masiva expansión de la capacidad de producción de crudo del país.

La Armada dijo que envió un equipo para investigar y que no tenía una estimación inmediata sobre la magnitud del derrame.

Petrobras informó el miércoles del problema a la agencia de protección ambiental de Brasil, Ibama, dijo una portavoz de la entidad en Vitoria, capital de Espirito Santo.

Le petrolera controlada por el Estado declinó comentar al respecto.

Los trabajadores que volvían a sus hogares luego de trabajar en los pozos costa afuera dijeron que había una mancha de petróleo de casi 1 kilómetro de longitud en el océano, cerca a la plataforma P-57 operada por Petrobras, reportó el diario Folha de Sao Paulo.

La instalación P-57 opera en el yacimiento Jubarte, situado a unos 85 kilómetros de la costa de Brasil. Jubarte produjo 186.000 barriles de petróleo por día en febrero, o casi un 8 por ciento del total de Brasil, según la Agencia Nacional de Petróleo (ANP), el regulador brasileño.

Jubarte es el cuarto mayor yacimiento de petróleo del país. Cuando se le suma gas natural, el bombeo del campo equivale a 198.000 barriles equivalentes de crudo por día (boepd).

Petrobras planea invertir casi 225.000 millones de dólares en cinco años para triplicar la producción a cerca de 6 millones de bpd al 2020. La mayor parte de ese petróleo provendrá de los yacimientos mar adentro que se sitúan cerca de los estados de Rio de Janeiro y Sao Paulo.

Sin embargo, derrames recientes han hecho que la atención se centre sobre los ambiciosos planes de Brasil y su capacidad para desarrollar sus gigantescos, pero técnicamente difíciles, yacimientos de aguas profundas.