Ciudad del Vaticano.- Dos ex guerrilleros colombianos pidieron hoy perdón por sus acciones del pasado durante un encuentro con el Papa Francisco, al finalizar la audiencia pública semanal en la Plaza de San Pedro.

Se trata de Sugey Cristina Taborda y Regis Ortiz, desmovilizados en 2006 y 2007, respectivamente, quienes coincidieron en la necesidad de una reconciliación nacional en su país para que sean eficaces las negociaciones entre el gobierno y la guerrilla que se están llevando a cabo en La Habana, Cuba.

?Fue el mejor encuentro de mi vida, un momento mágico, nunca había pensado en la posibilidad de saludar al Papa y finalmente se dio. Yo le pedí perdón, por mí y en nombre de todos mis compañeros, todas las personas en proceso de reintegración en Colombia?, dijo Taborda.

En entrevista con Notimex, reconoció que durante su participación en la guerrilla no creía estar en el error, hasta que cayó en la cuenta de sus acciones y abandonó esa vida. Se desempeñaba entonces como enfermera.

?Al pueblo colombiano todavía le hace falta mucho perdonar y reconciliarse. Pedir perdón, en el lugar donde lo pedí y a la persona a la cual se lo pedí, es muy significativo también porque Colombia es un pueblo muy creyente?, externó.

Sin embargo, aceptó que la reconciliación es difícil y aseguró comprender a quienes les cuesta perdonar, pero insistió que tras 50 años de conflicto en Colombia es hora de romper la cadena del ?círculo de odios? para comenzar a ver las cosas de manera diferente.

El encuentro de los desmovilizados con el Papa tuvo lugar como parte de una visita al Vaticano, organizada por la Agencia Colombiana para la Reintegración, el organismo que se ocupa de facilitar las inserción social de las personas que abandonan la guerrilla.

También hubo lugar para las víctimas, representadas por Sandra Gutiérrez Jaramillo, quien sufrió en el pasado del secuestro y se integró al grupo que llegó hasta la Plaza de San Pedro.

Victimarios y víctimas de ayer se fundieron en un abrazo de la paz la mañana de este miércoles durante una misa celebrada para ellos en las grutas ubicadas en el subsuelo de la basílica vaticana, a unos pasos de la tumba de San Pedro.

Por su parte, Regis Ortiz dijo que era un estudiante universitario y fue reclutado por la guerrilla luego de ser amenazado de muerte por los paramilitares. Lo que debía ser una protección de tres meses, se convirtió en una militancia en la clandestinidad de más de dos años.

Su punto de quiebre llegó tras un bombardeo durante el cual 26 integrantes de su unidad fallecieron y un niño de 12 años, al cual apodaban ?Cruz Roja?, murió entre sus brazos.

?Hacen falta todavía muchas peticiones de perdón en este proceso de negociación que está llevándose a cabo en La Habana, de todas las partes. No depende sólo de las personas que estuvimos en grupos armados, también de las víctimas, de los políticos, de la sociedad en general?, dijo.

?Debemos pedir perdón y perdonarnos. Debemos concentrarnos en el post-Habana, la paz no depende de la firma de un documento sino que depende más bien de lo que se hará en Colombia después de la firma de ese documento?, estableció.