El Amazonas y el Sahara son dos de los ecosistemas más grandes del mundo, con una biodiversidad impresionante, propia para cada uno de dichos territorios, lo que no imaginábamos es que uno dependía del otro. De acuerdo con un estudio de la NASA, el polvo del desierto es uno de los principales materiales que fertilizan a la selva sudamericana.

El total, son 27.7 millones de toneladas de polvo que viajan a través del Océano Atlántico y se precipitan en el Amazonas; con lo que dicho cuerpo recupera los nutrientes que pierde, en palabras de Hongbin Yu, coordinador del estudio.

El principal nutriente que adquieren las plantas de la selva es el fósforo, el cual se encuentra en un .08% en el total del material desértico, lo que correspondería a unas 22 mil toneladas. 

Con información de Ecoinventos.