Tal vez no haya villana en el mundo de los cómics más carismática que la joven novia del Joker, Harley Quinn. Sin embargo, también es uno de los personajes femeninos más atormentados y maltratados, pues sufre de un eterno enamoramiento y obsesión por el Payaso del Crimen, quien no la toma más allá que un ser desechable. ¿Por qué, si se sabe no apreciada, continúa al lado del villano? Mejor aún, ¿Cómo es que alguien, conociendo la naturaleza del "Guasón", se podría enamorar de él?

Originalmente, cuando Harley era Harleen Quinzel, una recién egresada de la carrera de psicología; tomaba al Joker como un sujeto de estudio, creyendo erróneamente que podría descubrir el secreto que hay detrás de él. Sin embargo, conforme avanzan las sesiones, ella se llega a sentir a gusto y a encariñar; desarrolla la forma más básica de enamoramiento: el ideal.

¿Qué es esto? Harley deja de ver al payaso como un ser inmediato, alguien terreno que está ahí con virtudes y defectos (en este caso, más defectos), sus historias hacen que ella lo idealice, no como un ente superior de gran poder; sino como alguien indefenso que se encuentra abrumado por el mundo donde está, que nadie lo entiende. 

Hasta cierto punto, da con la clave del Guasón. Para poder llegar a ella, le dice alguna verdad disfrazada entre tantos chistes (como bien se dice: "toda broma tiene cierto grado de verdad"), es cierto que él esta solo en el mundo y su único deseo es hacer reír a los demás; sin embargo, no es por la razón que Quinn intuye. Como mencionamos en la ocasión anterior, el Joker ríe porque ha visto el sin sentido del mundo, da cuenta que la vida misma es un chiste cruel, sus bromas van en el sentido de hacernos ver esa ironía existencial. La joven psicóloga únicamente alcanza la superficie de esa estructura del villano, la soledad y las ganas de reírse de todo, lo que le atañe a una infelicidad ulterior y una búsqueda de reordenamiento de su propio status quo. 

Ella quiere convertirse en esa forma que le ayuda al Joker a reestablecerse dentro de ese mundo violento que ha establecido; pero eso no podrá ser, pues va en contra de lo que hace al Joker ser Joker. Harley Quinn quiere ser el sentido de la vida del Joker; pero él no está buscando eso, porque ya dio cuenta que la vida no tiene ningún sentido, de ahí que maltrate de manera constante. Podemos establecerlo de la siguiente manera, Harley representa el estadio vital simbólico, donde se crean formas para resistir lo "terrible de la existencia", su razón para vivir es el propio payaso; por su parte, el Joker es el estadio vital vació, donde no hay nada que maquillar u ocultar, no tiene una razón para vivir más allá de la vida misma. Con esto es imposible que los dos puedan encontrar un a simbiosis amorosa, el reconocimiento de sí mismo en el otro, como establecería Hegel al momento de hablar del amor; pues por un lado, el Joker jamás la reconocerá porque está más allá de la significación de la existencia; mientras que Quinn tampoco se ve a sí misma en el Joker, simplemente lo ve como alguien que necesita un cuidado, para poder ser feliz de manera plena.

Al final Harley no deja de ver a su amado como un paciente, como alguien enfermo, mientras que ella se erige como el revulsivo que lo hará salir de su malestar. Sí, ve las lagrimas del Joker, pero las interpreta de manera equivocada; no llora por estar buscando la felicidad, llora porque el mundo es una horrible y oscura broma, lo cual lo hace muy divertido; risa y llanto son uno mismo, indiferenciados. ¿Cómo curar a alguien que no necesita ser curado? 

Cada que vemos Harley abrazando, besando y diciendo "Pudín", es indicativo de una doctora tratando de hacer que un enfermo tome su medicamento para que se pueda sentir mejor; cada que vemos al Joker ofendiéndola, golpeándola y dejándola a su suerte, es el enfermo diciendo "no necesito medicina, no te das cuenta, yo estoy sano, estoy más sano que cualquier otro; aquí el enfermo eres tú". Y esa es la base del loco amor de Harley Quinn.