Para este momento, ya está por demás decir lo que pasó con la nueva película de Los 4 Fantásticos; es de regular a muy mala dependiendo de a quién se le pregunte. Lamentablemente, adaptación poco a poco está manchando a los personajes en los cuales se inspira, mismos que tienen una gran relevancia en el mundo del cómic occidental. Por ello, este pequeño texto tiene como fin recordarle (o mostrarle) al público que fue a ver la cinta, el verdadero fundamento de la "Familia de Superhéroes".

Los 4 Fantásticos fueron creados a inicios de los 60 por Jack Kirby y Stan Lee, marcando la primer colaboración entre este dúo que traería tantos personajes al universo Marvel. Su aparición sería un hito en la forma de enteder al héroe de cómic en esa época, pues no se estaba hablando de un protagonista único, sino de todo un conjunto; que además tenían una relación íntima/parental entre ellos: Reed y Sue eran novios (posteriormente esposos), Jhonny era el hermano de Sue y Ben el amigo de Reed; además de servir como figura paterna. Hasta ese momento, todos los héroes eran solitarios o si tenían compañeros, estos no tenían nada que ver, ni siquiera en términos amistosos.

Al tener a un equipo de este tipo, la dinámica que se les dio fue totalmente diferente; pues se apelaba un poco más al realismo (sí, el tan críticado realismo de los cómics ya se veía desde hace más de 50 años), lo que daba como resultado una relación un tanto disfuncional, aunque de respeto y amor entre ellos. Tal vez, dónde queda más marcado lo anterior es en las constantes peleas que llegan a tener que más de una vez han roto al equipo; la más comentada cuando se dio la Civil War, la Mujer Invisible apoyó al Capitán América, mientras que el Hombre Elástico a Iron Man. A eso hay que sumarle el sentimiento de culpa del Señor Fantástico, pues se asume responsable por la catastrófica transformación de sus compañeros, por llevarlos a la misión espacial donde obtuvieron sus poderes. Esto último será un motor de varios de los eventos dentro del cómic.

Otra cosa que los hizo diferentes y que marcó al mundo del cómic, es que no son entes anónimos; como lo son Spider-Man o Batman en DC (de hecho, todo el universo DC es anónimo); desde un inicio dieron a conocer sus identidades al mundo, así como su lugar de residencia, el celebre Edificio Baxter. Instalándose como celebridades, pero sin dejar de atender sus deberes heroicos y laborales, sobretodo Reed, quien es una de las mentes más brillantes de Marvel y desarrolla todo tipo de tecnología para el bien de la humanidad; además de dar una clase de vez en cuando.

Como podrán notar en este punto, no estamos hablando del tradicional modelo de héroe o superhéroe, de hecho, ninguno de los Fantásticos (bueno, tal vez la Antorcha) tiene una vocación heroica como tal. Ellos más bien son empujados por su propia mala suerte a ese mundo, al cual siempre se han enfrentado con reservas, viendo primero por su nucleo familiar que por el bien global. Cosa que también los ha hecho chocar en más de una ocasión entre ellos; más aún cuando se da el nacimiento de Franklin y Valerie, los hijos de Reed y Sue. ¿Qué tanto está dispuesto a sacrificar un héroe para con el otro, si eso implica hacerle daño a su propios seres queridos? La cuestión fundamental del superheroismo se ve magnificada en este equipo.

Ante todo esto y muchísimo más (¿Ya mencionamos que sus poderes están basados en los cuatro elementos fundamentales de la filosofía griega?), olvidémonos de las lamentables cintas de Fox ha insistido en traernos en reiteradas ocasiones y pensemos en Los 4 Fantásticos como ese conjunto de seres que bien puedes encontrar en tu casa, pero con la maldición/bendición de poder estirarse, hacerse invisible, expulsar llamas o convertise en piedra. Es decir, como una familia, con todo lo que eso implica. Por lo pronto; ¡¡¡ES HORA DE PELEAR!!!