Cuando era joven, Rob Spence, cineasta-documentalista canadiense, perdió uno de sus ojos por estar jugando con una escopeta; desde ese momento utilizaba un parche o un ojo de vidrio para suplir su carencia. Sin embargo, desde hace unos años decidió darle un giro a su pérdida y probar con la tecnología de punta.

Así, desarrolló una mini-cámara removible que coloca en su cuenca para poder grabar lo que "ve" diariamente. Este dispositivo no se conecta a ningún nervio, lo que hace es transmitir a un monitor portátil o guardar los datos en una computadora.

Sin embargo, como toda máquina, tiene algunas complicaciones: sólo puede estar activa durante 3 minutos, pues se calienta y tiene que ser removida por cuestiones de salud y desempeño del aparato. A Spence no le molesta tanto lo anterior, pues considera que es tiempo suficiente para hacer entrevistas para sus documentales, sin la necesidad de contar con aparatos estorbosos.

Otro problema con el que ha tenido que lidiar recientemente es con cuestiones más de índole ética y de seguridad, pues muchos se han preguntado si es correcto que una persona esté en posibilidad de grabar a otra de esta forma.

Como dato adicional, la historia de Spence sirvió de inspiración para la gente de Square-Enix, quienes desarrollaron el documental "The Eyeborg", donde abordan la relación de las máquinas con los humanos y la posibilidad que se dé una fusión con estas mediante aplicaciones prostéticas. Tema recurrente de su saga de videojuegos, Deus Ex.

Con información de Codigo Nuevo.