Desde hace un par de años escuchamos que los eSports se están convirtiendo en el nuevo entretenimiento del siglo XXI; tanto así que países los han reconocido como deporte y profesión de manera oficial. No obstante, todo esto no sería más que una ficción, esa supuesta bonanza forma parte de una burbuja que estaría a punto de romperse, poniendo en evidencia el mal modelo de negocios y logística en cuanto a esta práctica.

De acuerdo con Cecilia D'Anastasio, reportera del medio Kotaku, diversas personalidades del medio, incluyendo gente dentro de desarrolladoras y analistas de la industria; le comentaron que existen varios puntos que son falsos, o por lo menos dudosos en cuanto al éxito de los diversos torneos y competencias alrededor del mundo.

Lo primero que dejan en claro es que los números de los ratings están inflados; si bien no se duda que haya mucha gente viendo las partidas, no son los miles de millones que incluso superan eventos establecidos como el Super Bowl. Esto debido a que no hay datos duros acerca de la audiencia (cada compañía maneja su propio sistema) y se recurre a ciertas trampas para generar las vistas en internet. Una de las más recurrentes en poner, dentro de la publicidad de algún juego, un enlace en vivo al torneo actual; con esto la gente verá, quiera o no, un pedazo de la competencia, incluso si no está buscando nada relacionado con la misma.

Patrocinios y asistencia a eventos

Sin embargo, lo que más llama la atención de la investigación de D'Anastasio, es cuando habla acerca del patrocinio y los eventos relacionados. Señala que los diversos torneos y toda su parafernalia son posibles a empresas que ponen su dinero para armar el espectáculo, así como para solventar el salario de los profesionales y el premio que se da por obtener el primer lugar. 

El problema es que la inversión no es recuperada; prácticamente todas las finales y eventos grandes quedan a deber dinero a las compañías que los apoyan, pues no se ve un aumento significativo en las ventas de productos, sin mencionar que el boletaje, a pesar de verse estadios llenos, no alcanza para cubrir todo lo que se gastó.

De hecho, consideran que tienen un mejor rendimiento con los streamers e influencers; donde no se requiere un gran consumo de recursos y los beneficios son casi inmediatos, pues se está en comunicación más directa con el posible consumidor. Dando cuenta que la interacción en línea da mejores dividendos que los actos presenciales.

Se trata de una gran burbuja que podría romperse en cualquier momento; si bien hay voces que no temen a su posible estallido, puesto que consideran que los eSports sobrevivirán, pues la gente seguirá jugando. No hay que quitar el ojo a los datos entregados por la reportera, ya que podríamos estar ante un mal endémico de la industria misma.

Con información de Kotaku.