Tutankamón es además de un personaje con gran importancia histórica, una leyenda que ha llamado siempre la atención del mundo, pero ese éxito y reconocimiento, durante los últimos años se ha convertido en un problema.  

El gran número de visitantes a la tumba del faraón, puso en grave peligro su última morada. Por esta razón, desde 2009 un equipo de 25 especialistas de diversas nacionalidades trabajaron en un plan para lograr una mejor salvaguarda de la tumba subterránea descubierta en 1922 por el arqueólogo Howard Carter. 

"¡100 años de visitas, tras haber estado sellada durante 3 mil! ¿Se imagina el impacto en el estado de la tumba?, comentó Neville Agnew, responsable del proyecto emprendido por el Getty Conservation Institute (GCI), de Los Ángeles, California. 

Arqueólogos, arquitectos, ingenieros y microbiólogos tuvieron que unir esfuerzos para contrarrestar los estragos causados por la humedad, los visitantes, el polvo y muchos otros factores. 

Conservación, no restauración

A pesar de lo que se cree, el equipo de especialistas se enfocó en realizar trabajos de conservación y no en labores de restauración, pues en muchos casos no era factible resarcir el daño y en otras, eran "vestigios de la historia" que el paso del tiempo dejo en la tumba. 

Los arquitectos rediseñaron la plataforma donde se ubican los visitantes, para alejarlos de la frágil pared; los ingenieros desarrollaron un nuevo sistema de ventilación para limitar los efectos devastadores del dióxido de carbono (CO2), la humedad y el polvo. 

Por su parte, el arqueólogo egipcio Zahi Hawass, advirtió que "deberíamos limitar el número de visitantes"

"Si dejamos que el turismo de masas ingrese a la tumba, ésta no durará más de 500 años", argumentó y enseguida  apogó por anular totalmente las visitas para preservar el lugar.

Hawass aconseja a los visitantes acudir a la réplica de la cámara funeraria construida cerca del Valle de los Reyes, "pero mucha gente no aceptará esta idea", se lamentó.

Con información de AFP.