Los expertos en psicología canina Jonathan Astucuri y Stanley Coren, afirman que los perros no sienten amor por sus dueños, sino placer. Esto, debido a que no tienen la capacidad cognitiva para sentir o expresar algo tan complejo como el amor.

Cierto es que cuando los perros mueven la cola o expresan "alegría" ante la presencia de sus dueños, en realidad están demostrando el placer que sienten al ser alimentados, cepillados o acariciados. En consecuencia, van por sus dueños porque saben que con ese estímulo obtendrá cariño y comida.

Stanley Coren, profesor emérito en el Departamento de Psicología de la Universidad de British Columbia y autor de varios libros sobre el comportamiento de los perros, explica que estos animales tienen una mente equivalente a un niño de dos años; por lo tanto, pueden expresar emociones básicas, como el miedo, la ira, alegría, sorpresa.

No obstante, no poseen la capacidad de comprender emociones complejas como la vergüenza, la culpa o el orgullo, que se desarrollan en el humano hasta los cinco años. Y con respecto al amor, el especialista señala que es complicado asegurar que lo sienten, sobre todo hacia sus dueños, pero sí genera un cierto vínculo con él.

Perro

Jhonatan Astucuri, neurocientífico de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, dice que el ser humano, al tener procesos cognitivos superiores como la percepción, el pensamiento y el lenguaje, trabaja más las emociones, dándoles mayor intensidad, duración y convirtiéndolas en sentimientos, como el amor.

Por otra parte, los perros tienen las mismas estructuras cerebrales y cambios químicos que están detrás de las emociones del humano. Por ejemplo, ambos producen oxitocina, hormona involucrada en generar el sentimiento de apego y de confianza. También experimentan los mismos cambios químicos durante los estados emocionales, por lo que estos animales generan efecto y un lazo único.