Las personas optimistas, aquellas que tienden a mirar el lado positivo y tienen expectativas positivas sobre el futuro, presentan una "longevidad excepcional”, en comparación con sus pares pesimistas, llegando a vivir hasta 85 años o más, reveló un estudio publicado el pasado mes de agosto, en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

¿Cómo se realizó el estudio?

La investigación fue realizada durante tres décadas (1986-2016), por especialistas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston (BUSM), la Facultad de Medicina de Harvard y el Centro Nacional para el TEPT en Boston.

Participaron más de 70 mil personas que completaron una encuesta para medir sus niveles de optimismo, salud general y hábitos de estilo de vida como fumar, consumo de alcohol y dieta.

Los investigadores evaluaron el optimismo usando la Prueba de Orientación de Vida Revisada y la Escala Revisada de Optimismo-Pesimismo del Inventario de Personalidad Multifásica Minnesota 2.

Los resultados revelaron que en promedio, tanto los hombres como las mujeres más optimistas tenían entre 50 y 70 por ciento más probabilidades de alcanzar los 85 años que los participantes del estudio menos optimistas.

Las estadísticas tomaron en cuenta las diferencias demográficas y el estilo de vida. Después de ajustarse a la demografía y las condiciones de salud, las mujeres y los hombres en el espectro más elevado de optimismo versus el más bajo, tuvieron una vida útil 14.9 por ciento más larga.

Sobre estos resultados, Lewina Lee, autora principal del estudio, destacó en un comunicado su importancia, al indicar:

”Si bien la investigación ha identificado muchos factores de riesgo de enfermedades y muerte prematura, sabemos relativamente menos acerca de los factores psicosociales positivos que pueden promover el envejecimiento saludable”.

Lewina Lee, psicóloga y autora principal del estudio

En ese sentido, Lee, quien es psicóloga de investigación clínica en el Departamento de Asuntos de Veteranos de Estados Unidos, destacó que cualquier persona podría beneficiarse del optimismo.

"Este estudio tiene una gran relevancia para la salud pública porque sugiere que el optimismo es uno de esos activos psicosociales que tiene el potencial de extender la esperanza de vida humana. Curiosamente, el optimismo puede modificarse usando técnicas o terapias relativamente simples".

Cabe señalar que el estudio fue correlacional, por lo que no puede concluir si el optimismo realmente causa una longevidad excepcional. En ese sentido, Laura Kubzansky, otra de las autoras, señaló:

"Otra investigación sugiere que las personas más optimistas pueden ser capaces de regular las emociones y el comportamiento, así como recuperarse de los factores estresantes y las dificultades de manera más eficaz”.

Laura Kubzansky, autora del estudio

Christopher Bergland, ex atleta de alto rendimiento, señala que mientras estuvo activo aprendió técnicas para desarrollar un "optimismo aprendido”. Así, descubrió que:

"Puedes aprender a ser optimista eligiendo tomar esa perspectiva. Tienes la opción de decidir cuál será tu perspectiva. Siempre que estés enojado o negativo, puedes estar seguro de que no solo es un estado mental momentáneo, también lo has ido convirtiendo en un hábito. Los pensamientos se mueven a lo largo de las vías neuronales que se recorren con más frecuencia. Al tomar la decisión de ver el vaso medio lleno, puedes reconectar tu cerebro para inclinarlo hacia un estilo explicativo más optimista".

Con información de Psychology Today.