Espera, ¿hay un Día Internacional del Beso? Pues sí, se celebra desde hace seis años, más que para conmemorar un épico acto romántico, para recordar una larga jornada de resistencia.

El 13 de abril de 2013, en el marco de los festejos por el día de San Valentín, en Tailandia, una pareja mantuvo unidos sus labios durante 58 horas, 35 minutos y 58 segundos, sin poder tomar un descanso, ni muchos menos dormir.

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Pero esta no era la primera vez que realizaban semejante hazaña. Un año antes, en la misma fecha, la misma pareja pasó 46 horas consecutivas besándose. De ahí que se decidiera establecer el 13 de abril como el Día Internacional del Beso.

Y a todo esto, ¿por qué los humanos sentimos la necesidad de besarnos?

En entrevista con El Universal, el biólogo Jorge Alan López Velázquez, señaló que este tipo de comportamiento data de nuestros antepasados primates, en específico de las hembras, quienes para alimentar a sus crías debían masticar la comida y después pasarles a la boca la masa remolida.

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Las funciones de la boca han evolucionado

Eso fue en el principio, pero con el tiempo el funcionamiento de la boca ha evolucionado hasta tener un rol fundamental en lo que Charles Darwin denominó selección sexual, es decir, toda característica que tiene un ser vivo para reproducirse y poder dejar descendencia.

Así, los labios se convirtieron en una zona erógena que nos permite percibir la sensación de otra persona, incluso a nivel cerebral. 

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Beneficios de los besos

Además, de implicar ser un gesto de amor, cariño o el preámbulo para el sexo, diferentes estudios han identificado diversos beneficios derivados del beso, como la liberación de endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad.

También, según cita el diario La Nación, un beso tiene el poder de reducir la presión arterial, combatir la carie, eliminar dolores de cabeza, quemar calorías y aumentar la autoestima.