Más de mil 500 millones de cubrebocas desechables habrán contaminado los océanos con millones de kilos de plástico al finalizar este 2020, poniendo en peligro la vida silvestre marina, según advierte un grupo ambientalista con sede en Hong Kong, el OceansAsia.

A su vez, OceansAsia cita una investigación de mercado global que estima cuántos cubrebocas se fabricaron este año con el objetivo de satisfacer la demanda causada por la pandemia de coronavirus. De ese total, al menos el 3 por ciento de ellos han ido o irán directamente al mar: mil 500 millones.

Cubrebocas tardarán hasta 450 años en descomponerse

Esto deriva en que, por cada cubrebocas con un peso de tres a cuatro gramos, podrían resultar por lo menos 6 millones 800 mil kilos de contaminación plástica que tomarán hasta 450 años en descomponerse. Asimismo, además de los efectos nocivos de las partículas de microplástico y nanoplástico, las orejeras elásticas representan un posible riesgo para la vida silvestre.

"Las mascarillas faciales de un sólo uso están hechas de una variedad de plásticos fundidos por soplado y son difíciles de reciclar debido tanto a la composición como al riesgo de contaminación e infección"

Informe OceansAsia.

Estos cubrebocas ingresan a nuestros océanos cuando están llenas de basura o se desechan de manera incorrecta debido a que los sistemas de gestión de desechos son inadecuados o inexistentes, o cuando estos sistemas se ven abrumados debido al aumento de los volúmenes de desechos.

Por último, OceansAsia menciona varios ejemplos de animales marinos muertos por el efecto de los cubrebocas y recomienda el uso de mascarillas de tela lavables y reutilizables siempre que sea posible, así como desechar los cubrebocas de una manera clara, limpia y ordenada.

  • Un pez globo enredado en los lazos de una mascarilla azul desechable por voluntarios que limpiaban una playa de Miami en agosto.
  • Una pingüino desnutrido hallado muerto en una playa de Brasil en septiembre con una máscara enrollada en su estómago.