México.- Las llamadas píldoras de la inteligencia se usan cada vez más. Pero ¿realmente funcionan? El periodista Benjamin Zand explica lo que le ocurrió cuando las probó.
Era una mañana de un martes cuando escuché por primera hablar de las "pastillas de la inteligencia". "Todo el mundo las está tomando", me explicó una amiga. "Son píldoras que te ayudan a concentrar". Ella las tomaba para lidiar con "días importantes".
Primera dosis
La primera pastilla la tomé en la universidad de Cambridge como parte de una prueba cognitiva. Antes de ingerirla, los científicos examinaron mi atención visual, memoria espacial, funciones ejecutivas y memoria episódica.
La profesora Bárbara Sahakian estaba segura de que el fármaco tendría algún efecto en mí. "Hemos hecho varios estudios que muestran cómo al tomarlas aumenta la habilidad cognitiva", me explicó.
De hecho, antes de las píldoras, mi concentración estaba en el tope del 15-20% de la gente de mi edad. Después, estuve entre el 5-10%.
Me empecé a sentir más despierto y un poco menos dispuesto a la frustración. Pero había muchos otros factores que pudieron haber afectado los resultados. Sin embargo, mi mente se mantuvo alerta a lo largo del día.
Durante las cuatro horas de vuelta a mi casa en Liverpool, no me sentí tan cansado como normalmente me pasa. Pero esta fue la última vez que experimenté algo positivo del 'modafinilo'.
Segunda dosis
Al día siguiente, un viaje en tren se presentó como la oportunidad perfecta para adelantar en el trabajo con la ayuda de la píldora de la inteligencia. Me equivoqué. Estaba distraído, más de lo normal.
El fármaco me hizo estar más concentrado, pero en las cosas equivocadas; como jugar con los videojuegos de mi teléfono. En la medida que pasó el tiempo, empecé a desarrollar un terrible dolor de cabeza, perdí mi apetito y constantemente necesitaba ir al baño.
Mi cerebro no estaba funcionando más rápido, mientras que mi vejiga iba a toda máquina.
Tercera dosis
La tercera y última vez que tomé la pastilla también fue decepcionante. Con un día de filmación y edición, regresaron los dolores de cabeza. Estaba cada vez más deshidratado y, una vez más, no tenía hambre. Lo peor de todo eran los constantes comentarios de mis amigos sobre lo deteriorada que estaba mi piel.
Y como la pastilla me impedía dormir, tenía un aspecto terrible. En general, los aspectos negativos de la pastilla de la inteligencia sobrepasaron los positivos, algo que pudo deberse a muchas razones.
El cuerpo de cada persona reacciona de forma distinta a las sustancias químicas y las pastillas. Y, tras hablar con el doctor, me informaron que mi hígado había liberado una enzima cuyo objetivo era eliminar el modafinilo de mi sistema.
Otra razón de los efectos que tuve fue que al comprar el fármaco por internet pude haber ingerido unas pastillas defectuosas, a pesar de que Jason me dijo que en el pasado había utilizado al mismo proveedor.
De alguna forma fue decepcionante no haber tenido la oportunidad de sentir los efectos positivos del modafinilo que había escuchado, pero también fue un alivio saber que no me estaba perdiendo de nada.
Con información de Revista Semana