No importa como le llames heces, excremento, estiércol e incluso caca, todos los días vas al baño y según la ciencia, lo estás haciendo mal.

Todos los países que tienen retretes como los que conocemos, provocan que la gente force sus intestinos para poder evacuar. Cuando nos sentamos en el excusado, el intestino delgado sufre una torcedura que impide que el excremento salga con facilidad, por lo que pujamos y podemos ocasionar un daño doloroso al ano.

Esto no es sólo una observación inofensiva; la naturaleza nos ha diseñado para ponernos en cuclillas, para defecar más cómodamente y rápido. Mucha gente desarrolla diverticulosis, una enfermedad en el tejido intestinal que ocurre cuando la tensión y la presión excesiva empujan las áreas débiles de la pared muscular y forman pequeñas bolsas en el colo. Además, con el esfuerzo se hinchan los vasos sanguíneos alrededor del ano, lo que puede provocar hemorroides.

Esta revelación no es nueva; de hecho, un estudio realizado en el año 2003 por el doctor israelí Dov Sikirov, concluyó que evacuar en cuclillas era "más satisfactorio." El estudio comparó defecar en tres posiciones diferentes: El sentarse en un inodoro 42cm de alto, 31 cm de alto y en cuclillas. Los sujetos estudiados, informaron que la defecación tuvo un promedio de 50 segundos en comparación de los 130 segundos cuando estaban sentados en el inodoro.

Si quieres evitar este padecimiento, los científicos sugieren poner un banquillo o un taburete para elevarte sobre el retrete y poder evacuar en culillas. ¿Te animas?

Con información de iflscience.