Al convertirse anoche en el primer antropólogo en ingresar a la Academia Mexicana de la Lengua (AML), como miembro de número para ocupar la silla duodécima que dejó vacante Clementina Díaz y de Ovando, con su fallecimiento el 18 de febrero de 2012, Roger Bartra hizo una oda para ese sitial.

Bartra, también ensayista, confesó que para él fue una sorpresa que le propusieran ser miembro de la Academia, no porque sea ajeno a los temas de la literatura y de la lengua, sino porque “no es un territorio que haya sido transitado por antropólogos y sociólogos, que son los oficio en los cuales me desempeño”.

En el Auditorio del Museo Rufino Tamayo de esta ciudad, el antropólogo agradeció al director de la Academia Mexicana de la Lengua, Jaime Labastida, por la sorpresiva invitación, así como a los tres académicos que lo propusieron como miembro: Hugo Gutiérrez Vega, Vicente Quirarte y Leopoldo Valiñas Coalla.

Tras acotar que las fuentes de información preferidas de Clementina Díaz y de Ovando fueron los diarios, más que las revistas literarias o académicas, el antropólogo concluyó: “En su historia de la Escuela Nacional Preparatoria rescató lo mismo ceremonias y actos oficiales, que anécdotas de la vida estudiantil y actos públicos de Gabino Barrera y Justo Sierra”.

Bartra recibió de Labastida los distintivos que lo acreditan como miembro de la AML.

Con información de Notimex.