El inusual agujero en la capa de ozono que se formó esta primavera sobre el Ártico se cerró completamente durante los últimos días, informó el Servicio de Monitoreo de Atmósfera Copernicus (CAMS, por sus siglas en inglés).

El organismo explicó que, como lo habían pronosticado, esto fue posible gracias a la irrupción de aire rico en ozono por la división del vórtice polar, un ciclón persistente a gran escala en la zona ubicado en la media y alta troposfera y la estratosfera.

"El agujero de ozono sin precedentes del Hemisferio Norte en 2020 ha llegado a su fin. El vórtice polar se ha dividido, pemitiendo la irrupción de aire rico en ozono en el Ártico”.

Servicio de Monitoreo de Atmósfera Copernicus.

Condiciones que produjeron el agujero persisten

CAMS señaló que el vórtice polar todavía no habría llegado a su fin y podría reformarse en los próximos días, sin embargo, se espera que los valores de ozono no vuelvan a los niveles muy bajos registrados a principios de abril.

Al respecto, explicó que en esos días se registraron condiciones meteorológicas especiales que provocaron un inusual agotamiento del ozono estratosférico sobre el Ártico a inicios de la primavera, como ha ido ocurriendo desde hace décadas en la Antártida, tras concluir el invierno austral.

Así, la pérdida de ozono llegó al 30 por ciento en la vertical del Polo Norte, con temperaturas por debajo de -80 grados Celsius.

Copernicus destacó que esta situación es bastante inusual en el Ártico, donde la estratosfera es demasiado cálida y el vórtice polar demasiado inestable para que se dieran las condiciones que provocaron el agujero en la capa de ozono.

Agujero en la capa de ozono sobre la Antártida, un caso muy distinto

Respecto al agujero de la capa de ozono en la Antártida, el CAMS explicó que es causado principalmente por productos químicos hechos por el hombre, como el cloro y el bromo.

Estos migran a la estratosfera, una capa de la atmósfera a unos 10–50 kilómetros sobre el nivel del mar, y se acumulan dentro del fuerte vórtice polar que se desarrolla sobre la Antártida cada invierno, donde permanecen químicamente inactivos en la oscuridad.

Las temperaturas en el vórtice pueden caer por debajo de -78 grados Celsius y pueden formarse nubes estratosféricas polares, que desempeñan un papel importante en las reacciones químicas que involucran a los químicos producidos por el hombre y conducen al agotamiento del ozono cuando la luz solar regresa al área.

Este agotamiento ha causado que se forme un agujero de ozono anualmente en los últimos 35 años.

Con información de CAMS y Europa Press.