Viaje al Centro de la Tierra de Julio Verne es una de las obras que ha recibido más adaptaciones al cine y televisión, la más reciente es una serie de Disney+.

Sin embargo, aunque el material da para hacer una gran obra infantil, Disney+ no lo supo aprovechar y entrego la que podría ser la peor versión de Viaje al Centro de la Tierra.

La serie tiene una mala premisa, efectos especiales de muy bajo presupuesto, y actores de gran nivel que son totalmente desperdiciados.

Si bien es una obra dirigida para niños, al final del día ellos no recordarán o se interesarán en esta serie.

Viaje al Centro de la Tierra

¿De qué trata Viaje al Centro de la Tierra de Disney+?

Viaje al Centro de la Tierra nos cuenta la historia de Diego, un niño que es mandado al campamento de verano de Pompilio Calderón.

Por alguna extraña razón, en ese lugar encuentra el carro de su abuela perdida Pola, lo cual lo lleva a investigar más acerca de esto.

Terminando en un portal que lo lleva a otra dimensión, donde descubrirá un secreto detrás su familia, el cual deberá de proteger del propio Pompilio.

Viaje al Centro de la Tierra tiene una trama sencilla, tomando en cuenta que busca ser un contenido amigable para los niños y niñas principalmente.

Viaje al Centro de la Tierra

Sin embargo, su ejecución no es del todo atractiva, pues caen en los lugares comunes de los contenidos infantiles.

Donde tenemos actuaciones exageradas y sobrexplicación para todo, casi ofendiendo la inteligencia de los pequeños.

Lo curioso es que el libro de Julio Verne es todo lo contrario, siendo una lectura que te atrapa desde el primer momento.

Se nota que de Viaje al Centro de la Tierra sólo tiene el nombre, pues casi no encuentras nada del clásico literario en el show.

Viaje al Centro de la Tierra

No se respetan personajes, conceptos o dinámicas; lo cual hace al show bastante genérico en realidad, siendo un desperdició las actuaciones de Óscar Jaenada y Margarita Rosa de Francisco.

Hablemos de los efectos especiales de Viaje al Centro de la Tierra de Disney+

Otra cosa que hay que señalar puntualmente son los pésimos efectos especiales de Viaje al Centro de la Tierra, demostrando que Disney+ trata de invertir lo menos en este aspecto.

Parte del encanto de Viaje al Centro de la Tierra de Julio Verne es la descripción del mundo perdido que se oculta en el corazón del planeta.

Es esencial para toda la narrativa de la obra, pues este lugar lleno de peligros y seres fantásticos se convierte en un personaje más en la historia.

La serie de Disney+ no puede transmitir nada de este mundo, pues se ve totalmente falso debido a unos deficientes efectos especiales.

Viaje al Centro de la Tierra

No se puede conectar con los personajes debido a que nada parece real, esto provoca que no haya inmersión en los capítulos del programa.

No se siente que haya un peligro, ni hay un sentimiento de asombro genuino para con el espectador.

Aunque actores y actrices se esfuerzan por darle vida a ese mundo (sobretodo los niños), no tienen mucho con qué trabajar y su actuación sólo hunde más la pésima representación.

Sabemos que hay series (algunas de la misma Disney), que usan efectos prácticos o CGI baratos; pero que logran dotar al show de carisma y corazón, volviéndolo memorable.

Viaje al Centro de la Tierra

Lamentablemente este no es el caso de Viaje al Centro de la Tierra.

¿Viaje al Centro de la Tierra vale la pena?

Viaje al Centro de la Tierra no es una serie que pueda ser recomendable para fans de Julio Verne, familias, niños o niñas.

Disney+ falla en casi todos los aspectos con Viaje al Centro de la Tierra, siendo un producto infantil deficiente.

Algo que resalta en una compañía que debería de tener totalmente dominado ese ramo del mercado.

Es una pena, pues como mencionamos, todos los involucrados tratan de sacar a flote el barco, lamentablemente no tienen mucho con qué trabajar.

Si quieres una buena adaptación de Viaje al Centro de la Tierra, recomendamos la película de Brendan Fraser, que aunque tiene más de 10 años, envejeció bastante bien y capta mejor la idea de Julio Verne.