En vida, el luchador Rodolfo Guzmán Huerta, mejor conocido como "El Santo", fue extremadamente cuidadoso para evitar que su rostro apareciera en público. A 35 años de su muerte, esto ya no es un misterio, gracias a la exposición "En casa con mis monstruos", del cineasta Guillermo del Toro, que exhibe su cara sin máscara.

El Hijo del Santo

Guillermo del Toro rinde tributo al "Enmascarado de Plata"

El ganador del Oscar por La Forma del Agua ha declarado en varias ocasiones que es un gran admirador del “Enmascarado de Plata”. Por ello, ahora que el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara exhibe más de 900 objetos creados por él para sus películas, así como las piezas que lo inspiraron, no dudó en dedicarle un espacio al luchador.

Así, podemos encontrar en la exposición una vitrina con varios artículos originales que fueron utilizados por “El Santo”, como una máscara, un par de botas, una capa y una identificación que lo acredita como miembro de la Asociación Nacional de Actores (ANDA).

El documento, emitido el 17 de marzo de 1965, incluye una fotografía de su rostro, que fue mostrado en televisión una sola vez, en la década de los 80, cuando Guzmán Huerta acudió al programa Contrapunto, conducido por Jacobo Zabludovsky, y donde sólo accedió a descubrirse una parte de la cara.

"El Santo" pasó hambre para no revelar su identidad

Y es que, según cuenta su hijo, era tal el empeño del luchador por ocultar su identidad, que muchas veces, aunque se moría de hambre, no probaba alimento porque su máscara se lo impedía y se negaba a quitársela frente a sus seguidores. Esto sucedió hasta que diseñó una careta que le descubría la boca y la barbilla.

Rodolfo Guzmán Huerta, “El Santo”, nació en Tulancingo, Hidalgo, el 23 de septiembre 1917 y falleció el 5 de febrero 1984 en la Ciudad de México, a los 67 años. Además de haberse convertido en un ídolo de los cuadriláteros, las más de 50 películas que protagonizó lo convirtieron en toda una figura del cine mexicano.