La cantante estadounidense Ariana Grande compartió las imágenes de un escáner cerebral en sus historias de Instagram, mostrando los efectos del trastorno por estrés postraumático (TEPT) que sufre desde el atentado suicida que mató a 22 personas en su concierto en Manchester, Reino Unido, en mayo de 2017.

La imagen incluía el mensaje “hilarante y aterrador”, asegurando en la captura de la conversación que no se trataba de una broma; el TEPT es un trastorno de ansiedad que puede desarrollarse en algunas personas después de presenciar o estar involucrado en eventos traumáticos.

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El profesor de psiquiatría en la Universidad de Texas, Charles B. Nemeroff, dijo al portal de noticias CNN que varios estudios han demostrado cambios en los cerebros de los pacientes que sufren de TEPT, modificando la forma en que el cerebro responde a estímulos emocionales relacionados con el trauma.

Eso sí, el experto también advirtió que no existen pruebas de imágenes cerebrales que sean diagnósticas de trastorno de estrés postraumático.

Las consecuencias del ataque 

En redes sociales, los seguidores de la estrella pop han expresado preocupación por su salud, instándola a que se tome un descanso para recuperarse.

En respuesta a sus fans, Grande compartió una historia en Instagram en la que dijo que está haciendo su mejor esfuerzo, a pesar de que su cerebro se parece al “mapa del mundo":

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En una entrevista de julio de 2018 con la versión británica de Vogue, Ariana dijo que no creía que alguna vez supiera cómo hablar sobre el ataque "y no llorar”, ya que conoce a las familias que sufrieron de los síntomas del trastorno de estrés postraumático a causa del lamentable atentado, por lo que siente que no debería hablar del tema.