Como sabrás, el fin de semana pasado se llevaron a cabo un gran número de marchas para celebrar el Orgullo LGBTI alrededor del mundo y en ellas participaron miles y miles de personas, tantas que seguramente si las reuniéramos a todas en un mismo lugar, podríamos contar varios millones, pero aunque entre todas estas masa existe mucha diversidad (y no sólo nos referimos a las identidades sexuales), hay un grupo de la población que es prácticamente invisible: las personas de la tercera edad. 

Es común que la diversidad sexual se asocie con adolescentes, jóvenes y adultos jóvenes, pero eso no significa que no existan personas mayores lesbianas, gays, bisexuales, trans o intersexuales y que además, tengan muchas historias y experiencias que contar porque obviamente, no vivieron lo mismo que quienes asisten hoy a las marchas ondeando una bandera de arcoíris. 

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En ellas y ellos se centró la compañía irlandesa Dublín Bus que, como muchas otra marcas, se unió a la celebración, pero eligió hacerlo con un verdadero objetivo y contando una historia que ha conmovido al mundo a través de su campaña “The Long Road to Pride” (El largo camino al orgullo). 

En el video que lanzaron tras la marcha realizada en la capital de Irlanda, se ve a un grupo de personas de la tercera edad que se reconocen como gays, lesbianas o trans, pero que nunca antes habían acudido a uno de estos magnos eventos. 

Acompañados de jóvenes que acuden a sus casas para invitarles y decirles que irán todos juntos en un autobús, los cuatro invitados de honor eligen sus mejores atuendos llenos de color y se disponen a disfrutar de la experiencia. 

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“Cuando crecí no sabía que era gay porque esa palabra no existía, yo nunca la había escuchado”, dice el hombre que da el primer testimonio. 

Después, una mujer trans habla sobre como se sentía cuando era más joven: “Me sentía diferente cuando era joven, siempre me sentí más femenina. Empecé a vestirme muchas veces a puertas cerradas”.

Luego, otro hombre resalta cómo se sintió sólo en el mundo: “Yo pensaba que era el único, ¿Por qué tuve una especie de debilidad?”; y uno más relata sobre la discriminación y homofobia que sufrió por parte de un médico: “Estaba en el hospital. Sólo le dije al doctor: ‘No puedo vivir sin afecto’, y él me dijo: ‘¿Qué derecho tienes de recibir afecto?’". 

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La única mujer lesbiana reconoce que desde que era una niña se sentía diferente y le atormentaba pensar que había algo “malo” en ella: “En mi confirmación, tuve que usar un vestido. Lo odiaba. Yo sabia que había algo malo conmigo, algo mental o físico”. Es ella misma quien más adelante en el video se declara orgullosa porque "Nunca imagine nada como esto en mí vida. 30 años atrás no podría haberlo hecho”. 

“Bailar en las calles es para la gente joven y hermosa”, “¿De verdad quieres que yo vaya?” Y “Nunca antes he estado en el Pride de Berlín”, son algunas de las respuestas que los entrevistados dan cuando los invitan a asistir a desfile.