México.- Ricardo Peláez representó fielmente a los “chivahermanos” la noche de este 28 de enero, pues el flamante director deportivo del Rebaño Sagrado fue captado mientras rezaba de manera ferviente para que el equipo avanzara en la Copa MX.

Luego de que las Chivas no pudieran vencer en el marcador global a los Dorados de Sinaloa, equipo perteneciente al Ascenso MX, las acciones tuvieron que ser definidas en la tanda de penaltis, misma en la que Miguel Ponce fue el gran villano, ya que falló el tiro decisivo.

Sin embargo, vale decir que Peláez buscó ayuda divina durante los envíos desde los once pasos, y es que las cámaras de televisión retrataron el momento en que con ademanes y besos se encomendaba a su fe en aras de no consumar el primer fracaso de la temporada, hecho que desató burlas y memes.

Pero de nada sirvió que incluso se persignara y rezara en varias ocasiones, toda vez que el Gran Pez terminó llevándose el boleto del Estadio Bancomer.

Todos son responsables del fracaso rojiblanco

Es indudable que la derrota contra los sinaloenses representa el primer gran fracaso en la gestión de Ricardo Peláez, pues Chivas debió haberle pasado por encima a su rival, tomando en cuenta la diferencia entre las respectivas nóminas.

Pese a que Luis Fernando Tena echó mano de la mayoría de los refuerzos que llegaron para el Clausura 2020, lo cierto es que estos quedaron a deber, salvo “Chicote” Calderón, que marcó gol en los juegos de Ida y Vuelta.

De modo que tanto Peláez Linares, como el “Flaco” y principalmente estas adiciones, son los responsables de tan estrepitosa caída, la cual les generara una presión sin igual, ya que la afición está ávida de triunfos.

Ahora sólo le queda al Rebaño enfocarse en la Liga MX, donde, aunque marcha invicto, únicamente registra una victoria en tres partidos. Veremos pues si Tena y su cuerpo técnico son capaces de sacar el barco a flote, de lo contrario y como suele ser en el futbol, serán los primeros señalados y muy probablemente los que sean removidos del puesto si es que las victorias no llegan.