Después de llevar a cabo un histórico boicot por el racismo y la violencia policial que se vive en Estados Unidos, los jugadores de la NBA ya habrían llegado a un acuerdo para reanudar la actividad de los playoffs 2020. 

De acuerdo a un reporte de ESPN, los jugadores sostuvieron una reunión en la mañana de este jueves en las instalaciones de la burbuja de Orlando, donde se desarrolla la actividad de la postemporada

En otra reunión celebrada más tarde, a la que acudieron dos jugadores por equipo, se discutió sobre los planes a seguir para abordar los problemas de desigualdad social que se vive en los Estados Unidos. 

Por el momento, la NBA no se ha pronunciado al respecto, pero se espera que los tres juegos programados para este jueves no se lleven a cabo al igual que ayer. Se espera que la actividad se reanude el viernes o el sábado a más tardar. 

Histórico boicot al que se unieron otras ligas

Los Bucks de Milwaukee fueron los que dieron el primer paso para realizar un boicot histórico que alcanzó a otras ligas y deportes, todo a raíz del racismo y violencia policial que se vive en Estados Unidos, la cual se vio reflejada en el caso de Jacob Blake, un joven afroamericano que, frente a sus hijos, recibió siete disparos en la espalda por parte de un policía en Kenosha, Wisconsin. 

Justamente el equipo de baloncesto de ese estado decidió no presentarse a jugar ante Orlando, mientras que los otros dos partidos de la jornada, Houston vs Oklahoma y Lakers vs Blakers tampoco se llevaron a cabo.

Los Cerveceros de Milwaukee siguieron el ejemplo de sus vecinos en la NBA y decidieron no jugar su partido ante los Rojos de Cincinnati. Los duelos Padres vs Mariners y Dodgers vs Giants tampoco se llevaron a cabo. 

La MLS sólo llevó a cabo un partido, pero los demás se pospusieron, entre ellos el del Inter de Miami de Rodolfo Pizarro. El tenis también se involucró gracias a Naomi Osaka, quien se negó a jugar las semifinales del Abierto de Cincinnati como un gesto de apoyo. 

Cabe mencionar que este histórico boicot se dio exactamente cuatro años después de la primera vez que Colin Kaepernick colocara una rodilla sobre el césped durante la entonación del himno nacional como una forma de protesta contra la desigualdad racial, un gesto que le costó su carrera en los emparrillados, pero por el cual se ha convertido en un emblema de la causa.