Cristiano Ronaldo decidió realizar un singular experimento para medir su fama. El plan consistía en irse a tomar un té a una terraza de un centro comercial de Madrid con un amigo. Durante el tiempo que tardó en tomarse su té se le acercaron más de una docena de personas a pedirle una foto con él. "Es un signo de que a la gente le gusta mi trabajo", dice entre risas el madridista, ya de camino a casa.