De socialité a activista… Así se puede resumir la historia de los últimos años del, aunque ya no tan joven sí aguerrido Patricio “Pato” Zambrano, quien sorprendió a medio mundo en el 2015, primero, al lanzarse en pos de la alcaldía de Monterrey por el Partido del Trabajo.

Nadie se lo tomó en serio, pero a fuerza de terquedad y trabajo, Zambrano dio una muestra de cómo se debe de llevar una campaña política moderna, con el uso de las herramientas tecnológicas, sí, pero gastando mucha suela y mucha saliva.

Han pasado ya cuatro años y otra campaña política, la del 2018, en la que los momios de Zambrano subieron exponencialmente.

Ayer a más de cuatro se les cayeron los calzones, virtualmente, cuando “El Pato”, con esa ausencia de pelos en la lengua que lo caracteriza, anunció que ya no buscará la alcaldía de Monterrey, sino la gubernatura de Nuevo León.

Acompañado, como siempre de su inseparable esposa, Ninfa de León, en una sencilla rueda de prensa, Zambrano dio a conocer que ha logrado un 20 por ciento de la voluntad popular a su favor.

Caballo que alcanza gana, dice el refrán, y los políticos tradicionales, con o sin partido, tienen que poner atención en la lucha de Zambrano, quien les puede sacar un buen susto y ya está en campaña.

¿Y EL VOCERO?

Dicen que el que mucho abarca poco aprieta y el que a varias cachuchas sirve, con alguna queda mal o de plano no puede.

Resulta que desde ayer el periódico El Norte, papá de El Reforma de la Ciudad de México, le dio una exhibida a la suegra de Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, la lideresa María Teresa Martínez Galván, de quien se dijo cobra más de 70 mil pesos en la nómina de Seguridad Pública del Estado, donde ha gozado de vertiginosos e increíbles ascensos nominales.

De hecho, de Doña Tere, como la conocen, nadie sabe en qué oficina despacha o a qué horas se presenta a trabajar en la corporación en la que cobra un sueldo que es un insulto para los policías quienes a diario sí se juegan la vida en la calle.

Pero ayer desde temprana hora cámaras y micrófonos de medios impresos y electrónicos buscaban la reacción y explicaciones a esta insultante situación laboral…

Los reporteros apostados en los pasillos del Palacio de Cantera buscaban y preguntaban por el “Súper Funcionario Bronquiano”, “anís de todos los moles”, Waldo Fernández, para una explicación oficial.

El asunto es que el susodicho, nomás nunca se apersonó y el que tuvo que dar la cara fue Manuel González Flores, secretario General de Gobierno quien sin inmutarse dio su versión de la situación laboral de la llamada “Suegra Incómoda”.

Ahora la raza mediática se pregunta y nos preguntamos ¿y dónde está el vocero?