De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, OMS: "La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. De acuerdo con la RAE, es: “el estado en que el ser orgánico ejerce normalmente todas sus funciones”. Identificar qué es una enfermedad no obedece a una simple clasificación, corresponde a identificar las principales características que se expresan en conjunto por una entidad determinada como una infección, un daño en la función del organismo o la presencia de agentes como tumores o cáncer. Determinar qué es una enfermedad también les permite a los médicos y al personal de salud, detectar de manera temprana los cambios del cuerpo que sirven de aviso de que se está gestando un daño. Por último, conocer una enfermedad permite que los médicos expertos puedan establecer los tratamientos adecuados junto con los cuidados idóneos, ya sea para que la enfermedad se remita o simplemente para mantener nuestro cuerpo en óptimo funcionamiento a pesar de la afección. Las enfermedades se estudian mediante la observación y recolección de información de cientos o miles de casos con los que los científicos efectúan un sin número de estudios e investigaciones en laboratorios, para posteriormente poder proponer tratamientos o terapias.

En términos de la conducta social, es relativamente frecuente que las personas con determinadas enfermedades no tengan una buena integración y aceptación, en este sentido el problema es más intenso ante las infecciones. Todas las enfermedades que sean susceptibles de contagios causan pavor y aislamiento, así ha sido con la lepra, la peste y hoy día con el COVID-19. La única forma de combatir el miedo y la paranoia de las infecciones es a través de la educación. Es de suma importancia crear conciencia de lo que es la enfermedad, de sus características y de sus consecuencias. Un adecuado conocimiento de las enfermedades nos brinda mayores oportunidades de cuidado y una mejor calidad de vida. La educación para la salud es una responsabilidad que tenemos todos, tanto a nivel individual como colectivo.

En el caso que vivimos actualmente ante la pandemia (enfermedad que se presenta de manera muy extensa) del COVID-19 es importante considerar que se trata de un virus nuevo, donde no hay personas inmunes a él, que el virus causa casos graves de enfermedad, y que es capaz de transmitirse de persona a persona con eficacia. En este sentido aun no se ha recopilado la suficiente cantidad de información científica que nos ayude a combatirlo, sin embargo, conocemos el comportamiento de virus semejantes a éste y de ahí se desprenden las medidas preventivas que todos podemos realizar. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan:

  • Lávese las manos frecuentemente con agua y jabón por al menos 20 segundos, especialmente después de ir al baño, antes de comer, y después de sonarse la nariz, toser o estornudar.

  • Evitar el contacto cercano con personas enfermas.

  • Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca.

  • Quedarse en casa si está enfermo.

  • Cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo desechable al toser o estornudar y luego botarlo a la basura.

  • Limpiar y desinfectar los objetos y las superficies que se tocan frecuentemente, usando un producto común de limpieza de uso doméstico en rociador o toallita.

  • Las personas que presentan síntomas de fiebre, dificultad para respirar y tos deben usar mascarillas para ayudar a prevenir la propagación de la enfermedad.

  • Si no se cuenta con agua ni jabón, use un desinfectante de manos que contenga al menos un 60 % de alcohol.

  • Lávese las manos siempre con agua y jabón si están visiblemente sucias.

Es posible encontrar más información en las siguientes páginas: CDC y Secretaria de Salud México.

La sociedad, los enfermos y la medicina deben de hacer esfuerzos conjuntos para preservar la salud, eliminar estereotipos e incluir los cuidados mutuos entre todos.