En un sitio chileno de etimologías leo que La palabra “farsa” procede de la francesa “farce”, que a su vez se basa en una expresión del latín, “farcire” (rellenar).
En francés “farcir” se utiliza en la cocina para rellenar tomates, berenjenas, pasteles, pescado.
La “farsa” teatral nació en la Edad Media: se “introducía” en el Misterio, que era un auto teatral relacionado con la Iglesia.
En el teatro, la farsa es una obra cómica, es decir, que no se puede tomar en serio. En la vida diaria, la farsa es una acción realizada para fingir o aparentar. Es lo que dice el diccionario de la RAE.
En las elecciones presidenciales de 2018, la farsa es una encuesta de Grupo Reforma (diarios Reforma, de la Ciudad de México; El Norte, de Monterrey, y Mural, de Guadalajara) aplicada solo a “universitarios” —¡y solo de tres ciudades, las mencionadas en el paréntesis anterior—, en la que Ricardo Anaya supera por 24 puntos a Andrés Manuel López Obrador y por 29 a José Antonio Meade!
Hoy publica los diarios Reforma, El Norte y Mural una encuesta relleno, como la farsa en sus orígenes: hecha para ayudar a Anaya, para hacerle sentir que no todo está perdido, para rellenar sus esperanzas ya vacías.
Pero lo cierto es que la farsa… farsa es.
La verdad, por cierto, está en esta encuesta de México Elige que ha difundido SDP Noticias: