Durante estos últimos meses se han desencadenado grandes discusiones respecto a la futura presidencia de los Estados Unidos y lo que esta conlleva     para la economía mexicana.

El candidato Donald Trump, por parte del Partido Republicano, ha sido pieza clave en el desempeño de este curioso juego llamado “elecciones presidenciales”.

Expertos opinan que desde la elección de Donald Trump como candidato, la balanza entre el peso y el dólar ha tenido fuertes volatilidades que han colocado muy por encima a la moneda norteamericana por sobre la mexicana.

Lo bueno, es que en México gran parte de los ingresos son obtenidos a través de  las famosas remesas. Y este aumento del dólar frente al peso ha hecho que hayan aumentado un 25% respecto a su cifra de octubre del año anterior. Esto, dentro del Jaque, representa una bocanada de aire.

Lo malo, es que a partir de esto, los capitales y la estructura interna de la economía han sido difíciles de controlar, debido a la debilidad de la moneda local, la fuga de capitales y el precio del petróleo. Solo hasta estos últimos meses se han podido estabilizar estos shocks no tan favorables para el país.

Los tres recientes debates presidenciales entre la candidata del Partido Demócrata y el del Partido Republicano han logrado apreciar el valor de la moneda local ante el dólar en un 7.1%.

La incertidumbre de que gane el magnate neoyorquino se hace cada vez menor y la balanza se inclina a favor de la candidata, lo que seguramente tendrá buenas repercusiones en la economía regional en un futuro muy cercano.

Dada esta información, el candidato republicano tiene esperanzas de que todavía pueda ganar la partida (aunque mínimas) y aunque se encuentra en una posición de Jaque no cederá terreno hasta ver el Mate.