La gran aceptación popular de la que goza el presidente AMLO, contrasta con el rechazo social que Morena enfrenta en Quintana Roo, por el evidente “manoseo” y la inclusión de cuestionables y desacreditadas figuras, en la lista de aspirantes a las candidaturas para integrar el próximo Congreso local.
El presidente López Obrador llegó a Quintana Roo el fin de semana, en una gira por el sureste mexicano en la que corroboró la gran popularidad de la que goza, contraria al rechazo ciudadano contra su partido, Morena, en Quintana Roo.
El desencanto y enojo, es específicamente contra los dirigentes locales de Morena, por el grotesco manejo para definir las candidaturas con las que ese partido busca establecer la mayoría y el dominio de la próxima Legislatura quintanarroense.
No parece probable que eso suceda, pero eso parecen no entenderlo los ex priistas, ex perredistas, ex borgistas y toda la pléyade de oportunistas que buscan frenéticamente ganar una postulación por Morena, bajo el supuesto de que este partido volverá a aplastar a sus oponentes en las elecciones del próximo 2 de junio.
La marca AMLO ya no estará en las boletas, y no pocos de los candidatos de Morena se toparán con el desprecio de los electores. Es cierto que la amplia aceptación ciudadana de López Obrador beneficia a Morena, pero no cuando este partido abre las puertas, como ha ocurrido en Quintana Roo, a repudiados personajes de otros partidos y gobiernos.
A lo anterior, hay que agregar el mal desempeño que registran las administraciones municipales morenistas de Othón P. Blanco, Solidaridad y Benito Juárez, que tienen como cabeceras las muy importantes ciudades de Chetumal, Playa del Carmen y Cancún, respectivamente.
Las expectativas del electorado eran lógicamente muy altas, y los resultados de los ediles de Morena han dejado mucho que desear, si bien recibieron a los municipios en muy graves condiciones en cuanto a inseguridad pública y con maltrechas finanzas.
Mientras, la figura de AMLO se agranda, y todos a su lado parecen empequeñecer: los gobernadores anfitriones son blanco de rechiflas y protestas en los eventos encabezados por el propio presidente, como ocurrió con el gobernador Carlos Joaquín este domingo, en la ciudad de Chetumal.
El presidente López Obrador intervino a favor del mandatario quintanarroense: “se ha portado a la altura”, les dijo a los ciudadanos que protagonizaron la repulsa contra Carlos Joaquín, en una serie de abucheos y arengas que, aseguran los defensores del gobernador, fue orquestada por las huestes morenistas locales.
Como sea, la situación no luce bien para ningún partido en Quintana Roo, porque ya todos los gobiernos, de todos los partidos y de todas las alianzas, han fallado, se han desgastado, incluido Morena, con todo y la vigorosa popularidad de AMLO.
Pero alguien tendrá que ganar en las elecciones del próximo 2 de junio. ¿Quiénes? Esa es la gran pregunta. Faltan, además, aún tres meses para los comicios, tiempo en el que la situación, las percepciones, pueden cambiar e inclinarse claramente a favor de algunos candidatos o partidos.
Gracias por el favor de su atención. Comentarios, sugerencias y aclaraciones, en el correo electrónico marioedua2@gmail.com
Sígueme en Twitter: @marioedua y en Facebook: Eduardo Camacho Rivera