Las tradiciones y celebraciones que llegaron desde España traen consigo una mezcla no solo de ese país, sino de la cultura Mora que los invadió antes de que ellos llegaran al “nuevo mundo” a colonizar, a imponer su religión y con ella los rituales acostumbrados.
La celebración de Reyes Magos, para los creyentes católicos, ofrendaron al niño recién nacido oro, incienso y mirra en muestra de adoración, y hoy se transforma en regalos a los pequeños y algunos grandes en casa.
Otra tradición arraigada es danzar como forma de veneración y al mismo tiempo de sacrificio físico ofrecido a los dioses antiguos; en distintos pueblos practicar las danzas es recordar lo que antes de la llegada española se celebraba en cada centro ceremonial o (nadis) Lugares , puntos energéticos de la tierra, transformados ahora en iglesias, catedrales o capillas. Siendo esta la razón por lo que aún se sigue danzando en La Villa, Zócalo e iglesias del país.
La lucha entre guerreros de fuerte carácter que jamás se dejaron vencer por los conquistadores aun el día de hoy sigue representándose, pese al yugo impuesto por la religión al transcurso de los años, prueba viviente resulta una celebración que año con año se lleva a cabo en un pequeño poblado del estado de Querétaro, municipio de Tolimán llamado San Pablo.
Lugar lleno de misticismo y de rituales paganos entremezclados con catolicismo a su manera, celebran en grande cada inicio de año. Entre tambores prehispánicos, sonajas, danzas y gritos comienza el día primero de enero la veneración que en la región hacen de “El Divino Salvador” data de centenares de años atrás; representando en cada danza la lucha entre conquistadores e indígenas otomíes en su mayoría, Pames y Jonaces debieron también estar mezclados, recordemos el monumento que en Tlalnepantla Estado de México honra su ferocidad y estoicismo, raza que nunca se dejó vencer.
El culto no ha cambiado mucho en más de doscientos años que llevan celebrándolo, las peregrinaciones y pago de milagros como en todos los santuarios de nuestro país es lo que mantiene no solo la fe de los que acuden, también con las llamadas limosnas que reciben los “Chitales” o jefes, mayordomos llamarían en otros pueblos al santiguar y “limpiar” con flores a los que de rodilla acuden a ofrecer un poco de su ganancia en el año de trabajo.
Algo peculiar en esta celebración, que a decir verdad es la primera vez que acudía su servidora, son los mencionados “Chitales” , “Chitaces” les llama la mayoría de la gente, y son utilizados para asustar a los pequeños con solo pronunciar el nombre… hombres ataviados con disfraces de demonios que látigo en mano golpean asustan a los que en la calle encuentran, y se cuelan entre los danzantes con ánimo de “ayudar” al conquistador en su lucha, cosa que no lograron, y entre gritos espeluznantes tratan de aturdir a los indígenas en plena pelea.
Los danzantes ataviados un poco al estilo Lakota, Conchero y mezclas, danzan en un sentido , mientras los conquistadores con ropajes tipo militar danzan en sentido contrario, el cura de la localidad pugna por defender las tradiciones y lucha cada día para retomar los rituales que datan de tiempos pasados en este lugar.
Un compromiso interesante son los llamados “Colgados”, la persona debe adquirir un compromiso con El Divino Salvador, y llevará una rosca de pan, parecida a las roscas de reyes, pero sin niño dentro ni acitrones, esta rosca la “colgará” en ofrenda junto al santo venerado mientras dura el rito para después descolgar y compartir con la familia, asumiendo que ese pan ya está “Bendito”, el compromiso será hacer el mismo proceso año con año, y solo se librará de él pasándolo a otra persona, la persona que acepta se compromete a seguir esa tradición año con año y cuando decida pasar la estafeta, por llamarlo de alguna manera.
Más interesante resulta enterarse que las personas que adquieren dicho compromiso viajan desde el lugar del planeta donde se encuentran para poder cumplir con él… se imaginarán queridos Divagantes cómo los paisanos que viven en Estados Unidos, Canadá e interior del país o la capital regresan en los últimos días de diciembre para estar presentes, y de no ser esto posible tienen que pagar una especie de multa y nombrar un representante que haga el ritual en su nombre.
Algo digno de comentar es que El Divino Salvador, como es llamado este santo, cada mes de octubre es "prestado" al municipio de Cadereyta Querétaro hasta el día último del año para recorrer parte de su territorio y es regresado para el festejo mayor, el día 31 de diciembre se da el llamado: Encuentro con el Divino Salvador a las afueras del pueblo y comienza el jolgorio, el mitote en grande que durará tres días.
https://www.youtube.com/watch?v=6chMMfzff6o
Como podemos darnos cuenta, en nuestro país la mezcla y a veces mezcolanza que se hace de rituales paganos y católicos está dispersa a lo largo y ancho, basta con adentrarnos un poco a la provincia e incluso en la misma Ciudad de México, y en el extranjero donde los emigrantes que no pueden regresar a su población de origen imponen sus tradiciones y festividades, el conservar una tradición pareciera la forma de aferrarnos a las raíces desde donde el sentimiento de pertenencia nos hace ser lo que somos.
La historia de este pintoresco y peculiar lugar es larga de contar, hay libros en espera de ser publicados, a decir de quien me contó parte de la historia los estira y afloja por quien tiene la verdad es lo que detiene su publicación, letras resguardadas bajo llave por antiguos pobladores que celosamente son conservados en espera de ser compartidos al menos a los queretanos.
Tengan buena noche y que los Reyes magos les trajeran lo que pidieron, digo, si se portaron bien Divgantes.