El Movimiento Nacional más grande que ha habido en México no va a terminar el próximo 1º de julio, lo dijo claramente ayer Andrés Manuel López Obrador ante miles de jóvenes estudiantes reunidos en la emblemática Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.

 

Han pasado 44 largos años de la trágica muerte de los estudiantes que luchaban, como ahora, por un México mejor y más justo. Los gobiernos que sucedieron a la masacre del 68 no entendieron que los sueños de esos jóvenes seguirían latiendo en el corazón de las nuevas generaciones, y hoy están aquí, refrendando el anhelo de un pueblo que ha resistido pacíficamente pero que no claudica.

 

La tarde de ayer pasará a la historia. Miles de jóvenes esperaron con entusiasmo al candidato presidencial de las fuerzas progresistas; el único que puede lograr la transformación del país porque es el único que ha incluido a los jóvenes en su ambicioso Proyecto de Nación. Además, no se equivoca porque la transformación sólo puede llevarse a cabo con la ayuda de los jóvenes. Lo ha dicho en innumerables ocasiones: los jóvenes son el motor del cambio.

 

Desde un templete inusual, rodeado de jóvenes que tomaron la palabra, López Obrador aseguró que a nosotros nos toca iniciar la transformación del país pero que ellos la van a continuar porque la lucha seguirá mucho tiempo más, pues el objetivo no es sólo llegar a la Presidencia sino lograr un cambio verdadero, y eso llevará más tiempo.

 

Los gritos de apoyo: ¡No estás sólo, Presidente, Presidente!, no se hicieron esperar.

 

La Plaza de Tlatelolco que una tarde se bañó de sangre, ayer dignificó a muchos jóvenes que murieron por sus ideales, y a muchos otros que sobrevivieron y tal vez perdieron algún día la esperanza.

 

Irremediablemente pienso en mi papá, sobreviviente de la noche de Tlatelolco, que hoy debe estar reviviendo sus sueños.

 

López Obrador se comprometió a no defraudar a los jóvenes ni a la ciudadanía. ¡Tremendo compromiso!, que no firma ante notario porque es un hombre de palabra y un eterno luchador social.

 

Nos dio una tarea:

 

Seguir informando sobre el Proyecto Alternativo de Nación, crear conciencia entre la gente cercana y participar durante la jornada electoral cuidando las casillas para evitar un fraude como el de 2006.

 

Las circunstancias han cambiado y nos han cambiado.

 

No será fácil intentar una nueva imposición, no ahora que los jóvenes hemos decidido tomar las riendas y luchar no un mes, un año o seis, sino siempre.