La sola posibilidad de imaginar que Enrique Peña Nieto pudiera hacerle caso a Andrés Manuel López Obrador en el caso de la reubicación del nuevo aeropuerto  a Tizayuca, Hidalgo, y no en adjunto al de la ciudad de México, pudiera sonar en el discurso hasta descabellada .

Y no porque el proyecto o la idea sean mala o no esté bien sustentada, sino por la connotación política que muchos pudieran darle.

Ya en un programa de Debatitlán el buen amigo Ignacio Marván hizo hincapié en este tema, de la misma manera comentó cómo en su momento

Andrés Manuel había hecho un análisis exhaustivo al lado de personas conocedoras del mismo, del entorno, del suelo, y puedo creerle, digo, es a todas luces visto, un proyecto como el del nuevo aeropuerto no brota de la noche a la mañana, los que saben estarán de acuerdo conmigo, cuánto tiempo se necesita incluso para hacer una presentación virtual como la presentada por el gobierno.

Pero de la misma forma que en esa mesa de análisis los demás panelistas brincaron con el tema, pues dentro de las filas del PRI brincarían , pues de ser la obra magna del sexenio de Peña  pasaría a ser una parte del proyecto de Andrés Manuel... y bueno sabemos cómo se las gasta la clase política en cuanto a ego se trata, que pensándolo bien y si fueran un poco inteligentes (cosa que es prácticamente imposible) sería un parteaguas dentro de las agendas que posteriormente se marcaran.

Ok, entonces pudiera ser que desde que AMLO estaba con el poder a cargo ya tenía contemplado lo del aeropuerto, pero se vino lo del "haiga sido, como haiga sido" y quizá lo que tenía como uno de sus proyectos para cuando fuera presidente legítimo, pues se vino al traste. Es fácil percatarse al paso de los días cómo los acuerdos o proyectos hace tiempo ya estaban en bosquejo.

Pero decíamos al comienzo, si a EPN o a su equipo le diera por analizar el proyecto de Tizayuca y resultara viable, ¿se atrevería a retomarlo? ¿O pensaría más en la crítica de sus detractores o del fuego amigo que nunca falta dentro de cada partido? Algo que el ciudadano común desea es que los políticos trabajen por un bien común, no como siempre pensando en la raja política o los beneficios personales.

Aun cuando los priistas y los noticieros están lanzando campanas al vuelo por el desarrollo de los proyectos y reformas, sabemos perfectamente que no es ni el comienzo, que hay grupos inconformes y que harán hasta lo imposible por poner piedritas en el camino para la realización como hasta el momento se ha visto, las marchas y la lucha apenas comienza  y el equipo presidencial necesitará de la poca materia gris  que tenga a la mano si no quiere meter la pata como últimamente es la costumbre dentro de la política.

Así que prendamos una veladora a San Judas, que es el patrono de "las causas difíciles y desesperadas" y que ayude a quien tenga que ayudar, porque de conflictos y malas decisiones ya estamos hasta el gorro.

Buena tarde de domingo Divagantes.

Divagante

@deliha25