El Presidente Andrés Manuel López Obrador, comentó este miércoles 6 de mayo, sobre el acuerdo emitido por el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), publicado el pasado 29 de abril, en el que se ordena la suspensión con plazo indefinido, de la entrada en operación de nuevas plantas de energía renovable y en donde se limita la generación de centrales en operación, debido a la contingencia sanitaria por Covid-19.

El primer mandatario dijo durante la conferencia de prensa matutina que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) le compra energía eléctrica a particulares, pero la hoy empresa productiva del Estado está vendiendo menos y “tomamos la decisión también de no aumentar las tarifas para consumo doméstico”, dando entender que si se adquiere de los privados energía eléctrica renovable el costo del servicio se incrementaría para los consumidores.

López Obrador se quejó que en el pasado se empezó a privatizar el servicio eléctrico y dijo “se reformó una ley secundaria y empezaron a dar permisos para que particulares generaran energía eléctrica y así fueron avanzando hasta que se reformó la Constitución y las leyes, y ahora la mitad de la energía eléctrica se compra a particulares, empresas, la mayoría de ellas extranjeras, en particular españolas, hablando con claridad. Y vendieron durante mucho tiempo la energía eléctrica cara, se pagaba más en México por la energía eléctrica que en cualquier otra parte del mundo, porque también se les entregaban o se les daban subsidios.

La versión del jefe del ejecutivo sobre el avance de la privatización de la industria eléctrica en el país es cierta ya que en los últimos 30 años se han llevaron a cabo reformas para que particulares entren al negocio de generación, transporte y distribución de fluido eléctrico.

En agosto de 2014 el Senado de República aprobó la expedición de la Ley de la Industria Eléctrica con lo que se avaló que la CFE dejará de ser el monopolio del Estado mexicano de la industria eléctrica, al permitir la participación del sector privado en la generación y el suministro de energía eléctrica, esto con el argumento de que la empresa estatal era incapaz para llevar energía eléctrica a todo el país.

La participación de generadores privados en la industria eléctrica del país no empezó con la Reforma del 2014, ya que desde 1995 la colaboración de las empresas privados se dio primero en proyectos de electricidad para la CFE, bajo el esquema de Construir – Arrendar – Transferir (CAT) que evolucionó en un esquema de Producción Externos de Energía (PEE), que son productores independientes acotados a la demanda del mercado.

Con el esquema que se dio desde la década de los noventas del siglo pasado la CFE se encarga de producir y comprar a privados energía eléctrica, conservando la empresa estatal la exclusividad en la transmisión y distribución de la electricidad en el territorio nacional.

Actualmente, aproximadamente el 50 por ciento de la electricidad consumida en el país es maquilada por los conocidos como “Productores Independientes de Electricidad” (PIE), destacándose la empresa española Iberdrola, que tiene como consejera a Georgina Kessel, quien fuera en el gobierno de Felipe Calderón, Secretaria de Energía.

Iberdrola México empezó a recibir contratos y canonjías muy favorables por parte del gobierno desde que Felipe Calderón era Secretario de Energía en la administración de Vicente Fox,

La administración foxista otorgó al corporativo ibérico permisos para generar, transmitir, distribuir y comercializar energía eléctrica, todas ellas, actividades que, según el artículo 27 constitucional, eran en ese entonces actividades exclusivas del Estado.

Los beneficios para Iberdrola por parte del gobierno mexicano no pararon, ya que en el 2006 a la empresa española se le autorizó vender energía a 194 corporativos entre ellos Bimbo, Barcel, British American Tobacco México, Cemex, Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, Tiendas Soriana, Maseca, esto mediante la modificación al Permiso para Generar Energía Eléctrica bajo la Modalidad de Autoabastecimiento, expedido a nombre de Iberdrola Energía de Monterrey.

Felipe Calderón, ya como presidente, le adjudicó a Iberdrola, junto con la francesa Alstom, un contrato por 605 millones de dólares para modernizar la Central Nuclear Mexicana Laguna Verde.

Los beneficios que tuvo en México la empresa hispana durante el gobierno de Calderón se vieron reflejados en los estados financieros de acuerdo con información del corporativo en España, su subsidiaria en el país latinoamericano representó en 2007 ganancias netas de 54.7 millones de euros, 64.3 por ciento más que en 2006. En ese año, que fue el primero de la presidencia del panista, se le adjudicaron al corporativo hispano 2 mil 669 millones de euros.

Iberdrola tiene en México un comportamiento aparentemente poco ético, ya que esta empresa ha sido demandada por varias compañías mexicanas por fraude, empresas a las cuales la trasnacional subcontrató para ejecutar contratos de obra pública de la CFE. Las constructoras mexicanas acusan al corporativo ibérico de negarse a pagar 100 millones de pesos en obra pública, que entre 2005 y 2007 hicieron para la CFE en diversas partes del país.

Avangrid, compañía fruto de la fusión de la filial de Iberdrola en Estados Unidos con UIL Holding, incorporó en julio 2016 a su consejo de administración al ex presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa.

Empresas privadas participan en la generación y distribución de electricidad a través de plantas de energías renovables como son las eólicas y aquí también dominan las empresas españolas que han contado con ayuda financiera de la Banca de desarrollo.

Un ejemplo de cómo participan empresas privadas en la construcción de plantas de energías renovables nos las da el complejo Piedra Larga, en el municipio de Unión Hidalgo, Oaxaca, que mandó hacer el Grupo Bimbo, de Lorenzo Servije, en sociedad con la empresa Desarrollos Eólicos Mexicanos (Demex), filial de Renovalia Energy de España; este parque se hizo para crear energía con el viento, para satisfacer la demanda del corporativo y sus plantas de la empresa panificadora, siendo ellos los administradores del proyecto; la energía que les sobra es vendida a la CFE.

La planta eólica conto con créditos de la Banca de desarrollo para su construcción a tasas muy bajas.

La participación de generadores privados en la industria eléctrica no se ha reflejado en la reducción de los costos por que las pasadas administraciones federales han tenido que subsidiar a los consumidores.

Los altos subsidios, en el consumo de luz, fueron un serio problema ya que por un lado representan un desembolso muy significativo de los recursos de los contribuyentes; pero estos subsidios no se podían quitar ya que, hubieran acarreado un aumento de las tarifas de casi el doble a los consumidores residenciales y un incremento de los costos de producción para los industriales y comerciantes, lo que los obligaría a incrementar los precios de sus productos.

Los subsidios al consumo de luz son una ayuda indirecta por parte de los contribuyentes a las empresas privadas, que estarán en el negocio de la creación, transmisión y distribución de electricidad.

En conclusión la privatización de la industria eléctrica no se ha reflejado en un mejor y más eficiente servicio y tampoco se ha reflejado en mejores tarifas.

Lo que si es cierto es que en el gobierno de la Cuarta Transformación, la CFE registró una utilidad neta de 48 mil 545 millones de pesos en 2019, de acuerdo con su reporte publicado en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), que significó un aumento en sus ganancias del 16 por ciento, en comparación con el 2018.