El daño económico en todo el orbe por las medidas de confinamiento y aislamiento social que se tomaron para frenar la expansión de la pandemia de Coronavirus se hace evidente con el siguiente dato: la economía mundial, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), se contraerá en promedio en un 4.9 por ciento en 2020, lo que llevaría al mundo a la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial y México es de los países más golpeados en su economía. 

Algunos analistas han criticado al Gobierno de la Cuarta Transformación (4T) por no haber tomado medidas extraordinarias para reactivar la economía ante la crisis y no contar con medidas de condonación fiscal que apoye a las empresas para que no despidieran trabajadores; pero el tiempo le ha dado la razón a la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador ya que esto solo hubiera sido dinero desperdiciado por lo largo que ha sido esta epidemia. 

La caída del Producto Interno Bruto (PIB) en el segundo trimestre del año fue impactante para muchas economías del planeta: el de Estados Unidos se derrumbó a una tasa anualizada de 32.9 por ciento, la contracción más grave desde 1947; el de Alemania cayó 10.1 por ciento, la recesión más pronunciada desde 1945; mientras que España la producción se hundió un 18.5 por ciento; en tanto que el PIB de México decreció 18.9 por ciento, la peor caída trimestral de la época contemporánea, mayor que la de 2008-2009 y las vividas en los noventas.

Según estimaciones del FMI la contracción económica de América Latina y el Caribe será del 8.1 por ciento para 2020 y para México sé pronostica un decrecimiento del PIB del 9 por ciento en comparación con el año anterior.

Para el organismo que dirige Kristaline Geogieva el panorama continúa siendo “precario” en las economías emergentes, ante la continua propagación del Covid-19, el impacto de la crisis sanitaria en sectores clave como el turismo, y una mayor dependencia del financiamiento externo, incluyendo las remesas. 

Países como Brasil, Chile, Argentina, Perú han tratado de mitigar la crisis en base a grandes sacrificios fiscales y presupuestales para apoyar a las empresas y los trabajadores, así como les hubiera gustado a muchos analistas para México, pero los pronósticos son nada halagüeños para esas naciones con caídas del PIB, pérdida de empleos, déficits fiscales y primarios, así como un brutal aumento de la deuda.

El Fondo Monetario Internacional pronostica una contracción del 5.8 por ciento de la economía de Brasil, mientras el Producto Interno Bruto de Argentina caería en un 11.8 por ciento y la disminución en Chile y Perú serian del orden del 6 y 13.9 por ciento respectivamente. 

El sacrificio fiscal y presupuestario, del gobierno de Brasil no han tenido los efectos deseados ya que el primer semestre del año la economía brasileña cerró con una pérdida de 1,198,363 empleos formales, de acuerdo con datos del Nuevo Catastro General de Empleados y Desempleados (Nuevo Caged), divulgados por el Ministerio de Economía.

La recaudación de impuestos del Gobierno federal de Brasil se redujo en un 32.92 por ciento en mayo frente al mismo mes del año pasado, ya descontada la inflación del período, como consecuencia de la paralización de actividades provocada por la pandemia del coronavirus, y los incentivos fiscales. 

La deuda nacional del país amazónico aumento a récord de 85 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y el sector público marcó un techo de 36 millones 500 mil dólares de déficit primario en junio, según datos de la Banca Central de ese país.

La depredación del Real brasileño frente al dólar ha sido de más del 34.9 por ciento en lo que va del año, lo que incrementa la deuda del país amazónico.

Las medidas que tomo el Gobierno de la Cuarta Transformación para enfrentar la crisis de la pandemia, no contemplaron estímulos fiscales ni subsidios a las empresas, y solamente se dio un adelanto de las pensiones por los próximos cuatro meses a adultos mayores, entrega de más de 450 mil créditos a pequeños negocios y el fortalecimiento de dos programas que ya venían funcionando: uno de reforestación que llama “sembrando vida” y otro de aprendices en empresas. 

El pasado 15 de octubre el subgobernador del Banco de México Jonathan Heath, público en su cuenta de Twitter un texto muy alentador para la economía mexicana: “Si tomamos el crecimiento observado de julio para el IGAE y el promedio de tres modelos de “nowcasting” para agosto y septiembre (que incorpora el último dato de producción industrial de agosto) podemos esperar una tasa de crecimiento superior a 12.0% para el tercer trimestre”. Lo que habla de una gran recuperación y que la estrategia de la 4T esta dando resultados. 

La economía mexicana tendrá este año una caída severa de su economía, pero a diferencia de los países sudamericano no tendrá una crisis fiscal y de endeudamiento lo que le facilitará salir en menor tiempo de la crisis.

Las inyecciones masivas de recursos a la economía no han logrado detener el desplome de la economía en ninguna parte del mundo. En el mejor de los casos, han conseguido sostener algún nivel de consumo con su efecto social. Un lujo que pueden darse economías grandes, como Estados Unidos o Alemania, pero que impone sacrificios fiscales desmesurados para economías como las de Latinoamérica, que incluso podrían estar comprometiendo el desarrollo inmediatamente posterior a la pandemia y aun a plazos más largos.

Los Números de Aeroméxico del tercer trimestre del año son alentadores

Grupo Aeroméxico que dirige Andrés Conesa Labastida dio a conocer su reporte financiero correspondiente al tercer trimestre de este año, en el cual se reflejan sólidos resultados financieros, a pesar del entorno complejo por el que atraviesa la industria a nivel nacional e internacional por efectos de la pandemia de Covid-19. 

La aerolínea del Caballero Águila alcanzó ventas por 4,670 millones de pesos durante el periodo reportado, un incremento del 79.1 por ciento respecto del trimestre anterior. 

Durante los meses de agosto, septiembre y octubre de este año, Aeroméxico generó un flujo de efectivo positivo por 108 millones de pesos derivado de sus actividades de operación. Al 30 del noveno mes de este año, el saldo en la caja, incluyendo efectivo restringido, fue de 7,793 millones de pesos, aproximadamente 352 millones de dólares, lo que representó un índice de 20.2 por ciento sobre los ingresos operativos de la compañía en los últimos 12 meses. 

En el transcurso del periodo que se reporta, la aerolínea operó más de 21 mil 600 vuelos que representaron un incremento de 173 por ciento respecto del trimestre anterior. También atendió a más de 1.8 millones de pasajeros, es decir un 253% más que en el segundo trimestre.

La recuperación de la aerolínea bandera de México va en serio y el compromiso de la empresa para atender a sus clientelas con las más estrictas medidas de seguridad sanitaria siguen vigentes.