Supongo que lo expresado este martes, en El Universal, por el señor Carlos Loret de Mola es su opinión, no la de nadie más. Pero habrá gente que lea su columna y piense otra cosa, sobre todo porque siendo él uno de los periodistas consentidos en Televisa, es probable que su información la haya obtenido en charlas, casuales o pactadas para discutir el tema de la famosa banda 2.5, con los que mandan en la televisora, esto es, Emilio Azcárraga Jean y Bernardo Gómez

Por tal razón, simplemente sintetizo la columna de Loret de Mola en la que dice que Joaquín Vargas, de MVS, es un llorón al que Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, maneja a su antojo:

“La noche del 2 de julio del 2000 Joaquín Vargas, dueño de MVS, lloró… delante de varios concesionarios de medios de comunicación… porque perdió el PRI… él había jugado a favor de Francisco Labastida, íntimos suyos formaron parte de la campaña del PRI, pero el vencedor fue Vicente Fox.

“No es un hombre que confronte y rete al poder. Basta recordar que una mañana Carmen Aristegui, la conductora estelar de MVS, preguntó al aire si el presidente Calderón era alcohólico; Joaquín Vargas la despidió de inmediato.

“El dueño de MVS no es, pues, de los que salen a dar la pelea. ¿Por qué entonces está plantándose tan fiero frente al gobierno de Calderón para que no le quiten la concesión de la banda 2.5? Porque detrás de él hay intereses mucho más poderosos que sí se atreven a desafiar al Estado: los del ingeniero Carlos Slim, propietario de Telmex-Telcel.

“El principal beneficiario de que Joaquín Vargas se quede con esa banda es Carlos Slim… Porque MVS no usa esa banda, y ese parece ser un acuerdo entre ambos. Si MVS la usara (no lo hace porque no tiene tanto dinero como el que se necesita para echar a andar una telefónica) podría ser un serio competidor de Telmex-Telcel.

“Si la rescata el gobierno federal, la licita y otras empresas la ganan y usan, esas empresas serían verdaderas competidoras contra el monopolio del ingeniero Slim”.