La mediatización del accidente que cobró la vida a cuatro jóvenes la madrugada del viernes pasado, es un hecho que llama la atención por varios motivos, ya que seguramente la mayoría de nosotros hemos conocido de choques más aparatosos y con un mayor número de víctimas. 

Sin embargo, en esta ocasión el accidente ocurrió en la avenida más emblemática del país, pero este no es el único factor, el determinante es que las consecuencias de este lamentable percance  se transmitieron prácticamente en vivo, las imágenes y los videos del automóvil de lujo destrozado, así como los cuerpos mutilados se difundieron para el consumo masivo de una sociedad sedienta.

Ayer murió el politólogo italiano Giovanni Sartori, en uno de sus libros más leídos y polémicos “Homo Videns. La Sociedad Teledirigida”, sentenció que el ser humano se embobó con la imagen, que le incapacita para las formas superiores del pensamiento.

 “La televisión invierte la evolución de lo sensible en inteligible y lo convierte en ictu oculi, en un regreso al puro y simple acto de ver. La televisión produce imágenes y anula los conceptos, y de este modo atrofia nuestra capacidad de abstracción y con ella toda nuestra capacidad de entender”, explicó el teórico en temas de política y democracia.

En 1998, cuando Sartori publicó Homo Videns, el internet y las redes sociales no tenían el auge que ahora tienen, estos medios de comunicación ocupan ahora el lugar que tenía la televisión, actualmente son los canales que ocupamos para  alimentamos de información, que nos llegan en gran parte por medio de imagen.

Así es como yo puedo tratar de entender  el alcance que tuvo este trágico accidente, y sobre todo la variedad de reacciones y versiones de los hechos que han surgido en los últimos días, una de ellas es que Karla, una de las victimas era casada y salió esa noche sin avisar a su esposo y/o familia.

Después de leer varias notas sobre los hechos y algunos de los cientos de comentarios vertidos en las mismas, confirmó la teoría de Sartori, la cual hablaba sobre el empobrecimiento de la capacidad de entender.

Ya que una parte significativa de las opiniones de los consumidores de noticias se concentran en el hecho de que ella estaba casada, y que además salió esa noche sin su esposo o sin pedir permiso, al menos. Algunos son incluso más machistas  pues justifican con ello su muerte, como una sentencia implícita: “se lo merecía”.

No sociedad teledirigida, ella no murió "por puta", por no portarse como una “mujer casada decente” o por salir a las 12:10 horas “sola con sus amigos” (¿iba sola o con sus amigos?).

Otros fueron los factores los que provocaron la muerte de estos cuatro jóvenes y es otra su responsabilidad en los hechos, nada tiene que ver su estado civil, no desviemos el debate, de lo que es una realidad, de lo que habría que tomar conciencia: el alcohol, el volante y la velocidad son una pésima combinación.