Todos los días hay noticias que envuelven a la sociedad mexicana y que la hace tomar decisiones u opiniones diversas. Para nadie es ajeno que la violencia y el miedo se han instalado ya en el seno de las familias y hay una preocupación permanente por lo que pueda suceder a los seres queridos y a nosotros mismos. A lo anterior se suma el auge de la mentira y el engaño para desviar la atención sobre asuntos esenciales.

En calles, colonias, municipios o estados, es común oír hablar de asaltos, amenazas, robos a casas habitación o desaparición de menores o trata de personas. Al mismo tiempo se escucha la denuncia pública sobre la arbitrariedad de las autoridades y el abuso de poder contra los sectores más indefensos o carentes de tener una defensa digna cuando exigen sus derechos y son acosados por los gobernantes y sus empleados. La denuncia está señalada y el que la ejerce sufre consecuencias.

Ese temor también se expresa en  la invención de delitos contra ciudadanos inconformes o líderes sociales que osan levantar la voz y movilizarse contra los corruptos que mal gobiernan, pero a ello debemos sumar la calumnia, la injuria y la difamación contra los disidentes políticos. Los gobiernos autoritarios ordenan a sus cómplices elaborar una serie de mentiras, para después hacerlas públicas y que las plumas y seudoperiodistas hagan el resto. Eso sí, limitan la libre expresión y presionan a medios de comunicación alternativos o independientes. Cabe apuntar que negar acuerdos de publicidad a unos y otorgar más recursos a otros es cosa de todos los días. Las oficinas de "comunicación" también clasifican a "buenos y malos", son censores  de reportajes, análisis o investigación en medios varios.

En un escenario delicado, pues no debe hacerse de lado que México enfrente retos terribles y que debe superar, la sociedad y los ciudadanos se ven sometidos a una catarsis tras otra, esto es, no termina de digerir las amenazas de Donald Trump, cuando ya se enfrenta a la aprobación de leyes injustas por parte de diputados en la Cámara o Congresos locales. De ahí se continúa con una catarata de hechos que atentan contra su economía familiar y los derechos a la salud o a la protección del empleo. La sociedad mexicana es una sociedad que vive en vilo y en alerta constante.

Quienes realizan viajes de trabajo en el país, encuentran rostros de miedo o rencor, al mismo tiempo que escuchan historias que horrorizan y se dan cuenta de que hay una constante movilidad de familias en ciertas regiones, otros nos encontramos a migrantes sucios y sin dinero para comer o poder regresar a su lugar de origen, pero también nos topamos con ancianos abandonados y condenados a un destino incierto. Los jóvenes conservan la sonrisa digna de esa etapa, pero se han vuelto precavidos ante el poder y otros han caído en las garras de las adicciones. Nuestra sociedad necesita una esperanza real y una certeza de vida digna.

La guerra del lodo y del odio se ha instalado en muchas esferas sociales, esa misma guerra sucia la impulsan partidos y gobiernos para enfrentar y destruir a quienes consideran adversarios peligrosos o enemigos declarados. Los dirigentes del  PAN y el PRI la han hecho suya y en distintos foros asumen la mentira como mensaje y el engaño a la opinión pública como tarea. Miguel Ángel Yunes Linares, Enrique Ochoa Reza, Ricardo Anaya o Graco Ramírez, entre otros, son el mejor ejemplo de ello. Sus acciones y declaraciones encubren intereses mezquinos y contrarios al bienestar de las mayorías.

Así como Andrés Manuel López Obrador ha sido objeto de calumnias y ataques sin sustento, otros líderes que defienden derechos sociales y recursos naturales también son atacados y vilipendiados por el único delito de buscar una sociedad más igualitaria e intentar la reconstrucción de México y el rescate de la soberanía y la patria.  Nuestra sociedad hoy, busca alternativas y los poderosos y mafiosos de siempre, intentan negarle todas las salidas posibles. La olla está por explotar y los malosos le siguen echando leña al fuego. No les dejemos las manos libres para que sigan destruyendo el posible cambio de régimen en México. Se puede y se debe.

Reflexiones. Los ataques contra quienes impulsan un cambio de verdad van a acentuarse y lo mismo va a suceder con sus seguidores, las agresiones verbales, las descalificaciones y agresiones son patrocinadas por una élite de corruptos que sienten que su poder se esfuma. Hay que recordar que cuando la sociedad despierta es imbatible, pero también el poder corrupto y mafioso se vuelve más peligroso. Estamos a tiempo de tener una transición pacífica del poder, lo demás será cuestión de los que engendraron el odio y la violencia en nuestro México querido.

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