Lo que tienes que hacer es esto, Martí: en un departamento de la colonia Del Valle, juntas a tus diputados y les dices ?hemos ganado, ahora debemos consolidar nuestra fuerza?.

Las palabras de Brujo resonaban mientras caminaba hacia el Casino, por una vereda repleta de flores. Llevaba en la bolsa izquierda las fichas suficientes para ganar. Y le platicaba de cerca al líder de Morena, que en esos momentos seguía protestando contra el fraude de Héctor Serrano.

Es hora de hacer cuentas, Martí ? seguía diciendo en un monólogo feliz-, y de correr más rápido. Eres, y lo sabes, la verdadera cara de la izquierda en esta ciudad. Llegaste a esta lucha antes, mucho antes de los que se dicen luchadores sociales. Recuérdalo, el día en que Cuauhtémoc Cárdenas tomó posesión, en 1997 en la Asamblea Legislativa del DF. Fuiste el orador principal y luego líder de bancada. Le diste la bienvenida a la izquierda. Entonces, López Obrador comenzaba a pintar. Pero tú llegaste antes, y de esa camada eres el único sobreviviente de peso. Quién más. Aquel día en que Ernesto Zedillo entregó el poder del PRI al PRD, te veías más chavo, y todavía no te pasaban por encima personajes que debiste derrotar. Marcelo Ebrard, por ejemplo. O Miguel Ángel Mancera.

Al cruzar la calle, Brujo seguía concentrado en los argumentos con los que habría de ganar en la zona de juego. Así, no se dio cuenta que un auto venía hacia él. Alguien le gritó: ¡cuidado! Pero nada lo sacó de balance, él siguió en su papel de apostador estratégico.

-¡Pendejo!- le gritó el conductor alarmado.

-Tú lo serás- le contestó Brujo sin voltear a verlo.

Siguió su marcha, hablando y hablando: A ver Martí, es momento de que impongas tu trayectoria, la cual has refrendado en las pasadas elecciones. ¿Quiénes son tus opositores directos?

Ricardo Monreal y Claudia Sheinbaum. El candidato de Morena a la Jefatura de Gobierno saldrá de la boca de López Obrador, es cierto, pero esa carrera en este momento está pareja. Así que el primer paso es el siguiente: primero debes dejar claro que en el DF tú eres el dueño de la corriente, izquierda social, que más diputados locales tendrá en la Asamblea Legislativa. Nadie tiene tantos diputados: ocho. De modo que uno de los tuyos debe ser el jefe de bancada, a como dé lugar. Tu papel en las elecciones fue de operador, lo cual preferiste a un cargo de elección popular. Aquí debes reconocer que erraste al no ir por la delegación Gustavo A. Medero. Pero ni hablar, a lo que sigue. Debes hacerte de la Asamblea Legislativa, para que te metas en la contienda. Puedes poner como líder a César Cravioto, un auténtico desconocido que es buen operador. Él fue el diputado de Morena con más votos de todo el Distrito Federal, y es de tu grupo. Ganó en el distrito electoral de Víctor Hugo Lobo, quien ocupará por tercera vez la silla delegacional. No sólo eso, Cravioto es tu incondicional, fue director del IASIS cuando tú eras Secretario de Desarrollo Social.

Si no, también tienes a David Cervantes, ex director del INVI. ¿Qué es el INVI, qué es el IASIS? Eso no tiene ninguna importancia para efectos de la búsqueda del poder ?si alguien desea saberlo que lo busque en google-, lo relevante es que coordines, tras bambalinas, la ALDF. Tienes la mayoría, si no logras eso con qué ojos vas a pelear la jefatura de gobierno.

Te lo repito, al interior de la ALDF no habrá ningún liderazgo tan consolidado como el tuyo, ni Dione Anguiano, ni Lobo, ni Víctor Hugo Romo, ni Ricardo Monreal, ni Claudia Sheimbaun. Ellos tienen uno o dos diputados, tú tienes ocho. Lobo, por ejemplo, sólo tendrá uno, Nora Arias. Te quedaste a unos votos de que tu candidato, Ramón Jiménez, ganara Gustavo A. Madero. O sea, debes vender eso a López Obrador.

Yo que tú, me sentaba con él y le decía: al coordinador yo lo pongo. Y no acepto que sea Néstor Núñez, el hijo del Gobernador de Tabasco. Tampoco acepto a Vidal Llerenas, marcelista con buen perfil. Y no acepto que impongas al coordinador, pues me estarías descartando de inicio para la carrera por el DF. Y punto. Te paras de la mesa y punto. Verás que te llama y te dice Martí, vuelve, no te vayas, no es para tanto.

Así, habrás dado ese primer paso necesario para meterte a la contienda?

En la esquina de este Casino novedoso, Brujo sacó, como siempre, el cigarro que tenía que volver a guardar. Cuando dejó el vicio del tabaco, hace muchos años, entró al de las apuestas. Este, el del juego político, es un mundo del que no se puede huir. Los apostadores políticos son seres ambiciosos, que responden a estímulos de control perpetuo: quisieran tener el mundo a sus pies, con el poder de una ficha, verde o gris.

La música ha entusiasmado a este apostador que hoy, tiene muy claro su objetivo: obtener una ganancia al amparo de un líder social que se dice de izquierda.

-Vamos, dámelo, voy con Martí- le dice Brujo al dealer.

-Excelente- le responde el joven que tiene un moño en el cuello.- Démosle la bienvenida a este apostador que ha colocado sus fichas en el número siete, el del Presidente formal de Morena. El video, ¡lancen el video!

Ahí estaba Martí, dando vueltas al Zócalo, en protesta, junto a un centenar de personas. El video era de mala calidad, pero se escuchaban muchas risas, y también lamentos.

-¿Alguien más va con el morenista?, preguntó el dealer.

-Con Morena nunca; voy con Javier Corral, un gran contendiente para derrotar a Anaya en las internas del PAN.

-Corral es una gran apuesta, pago 100 a uno, porque es el candidato que va contra el sistema- dijo la voz sensual del Casino.

El número de Corral, rápidamente, desplazó a Martí. Los analistas políticos veían en Corral al único candidato que podía derrotar a Anaya, con un discurso fuerte y hasta agresivo contra el sistema de los maderistas.

-Vamos Corral, tú puedes- se escuchaban los gritos que hacían retumbar el Casino.

Y Brujo no perdía la esperanza. La ruleta deba vueltas y él apretaba los puños.

-Martí, da el siguiente paso, dalo por favor?- decía con la voz entre cortada, antes de que la bola blanca se detuviera en el doble cero.

Todos perdieron.