A exactamente 6 meses de la fatídica noche del 26 de Septiembre, la caravana de los padres de los normalistas desaparecidos continúa su recorrido por la franja fronteriza de México. Tocó turno a Sonora.
Divididos en varios grupos de padres, unos recorriendo el país, otros Estados Unidos y otros más próximos a ir Europa. Argumentan que es una manera de mantener vivo el movimiento, de que no se apague y quede arrumbado en el olvido, en la historia negra de México.
?No queremos que la PGR le dé carpetazo, por eso buscamos nuevas instancias a nivel internacional, porque no estamos satisfechos con las investigaciones de las autoridades, hay demasiadas contradicciones, incluso los restos encontrados en el Río San Juan no coinciden con el ADN?, declaró uno de los padres presentes.
Luego habló Juan Colón, padre del desaparecido Tomás Colón. El señor, de aspecto muy humilde, se veía cansado, con la mirada triste y agachada, visiblemente incómodo ante las cámaras.
?Nos han ofrecido hasta 200 mil pesos, también camionetas, pero no aceptamos nada, queremos saber dónde están nuestros hijos?, habló con un notorio tono de campesino, para luego soltar el ya conocido reclamo, ?Vivos se los llevaron, vivos los queremos?.
Debo decir que en el caso del señor Juan Colón lo percibí muy desgastado, sin convencimiento, como vencido por la desesperanza. Derrotado por dentro aunque por fuera insinuara seguir en pie de lucha.
Caso contrario con la señora Carmen Cruz, madre del desaparecido Jorge Aníbal Cruz Mendoza. Ella se observaba mucho más vigorosa, tanto en su semblante como en sus palabras. Convencida, por la fe quizás, en que su hijo podría seguir con vida.
Le pregunté qué opinaba de las declaraciones de Vicente Fox, donde les pedía resignarse y dejar al país seguir su rumbo.
Me respondió de inmediato, casi sin dejarme terminar de formular la pregunta. Al instante enseñó su molestia, pero no conmigo sino con el ex Presidente Fox.
?Ese señor (Fox) obviamente no siente, no tiene sentimientos, no conoce lo que duele un hijo. Ese señor -claro tiene hijos- pero los hijos son de su mujer (Martha Sahagún), no son de él, entonces él jamás ha sido padre y ni lo va a ser, por eso no siente ese dolor?, contestó de forma tajante.
Hizo una leve pausa y continuó soltando señalamientos, enfocándose en el 27 batallón de infantería acantonado en la ciudad de Iguala. De quienes aseguró participaron en la desaparición de sus hijos.
?Unas 2 semanas antes del 26 de Septiembre, nuestros hijos estuvieron boteando en las calles de Iguala, y dijeron que fueron detenidos y amenazados por el Ejército, les dijeron que no los querían ver de nuevo en Iguala o sino las cosas se pondrían feas, y así lo cumplieron?, dijo Carmen.
También calificó a los militares como ?expertos? en desaparecer personas, añadiendo que en las comunidades rurales guerrerenses, todos conocen las historias de impunidad de rodean al Ejército.
Quien también habló fue la señora Cristina Bautista, madre del desaparecido Benjamín Ascencio Bautista. Comentó que a 6 meses de los hechos es difícil como madre conciliar el sueño. Dijo que en su cabeza el tema de Ayotzinapa daba vueltas, imaginando mil maneras en las que pudo terminar su hijo Benjamín.
Noté que Cristina en ningún momento mencionó la palabra ?vivos?, ella se limitaba a decir, ?Queremos que nos entreguen a nuestros hijos?, como aludiendo que podrían estar muertos, como solicitando la certeza de sus restos, ya que como se ha mencionado, hasta el momento solo se tiene identificado a uno solo de los desaparecidos, quedando pendiente el hallazgo o la identificación de los otros 42.
Fueron 2 estudiantes normalistas ?uno de ellos sobreviviente- quienes cerraron la conferencia de prensa. Exponiendo que no son vándalos ni delincuentes como han sido catalogados, que lo único que han hecho es estar siempre del lado del pueblo, manifestándose por las injusticias que azotan la región.
Respetuosamente les pregunté cómo es que costean sus viajes por todo México, a lo que respondieron que es falso que los estén financiando, que no tienen dinero, que los padres tienen 6 meses sin trabajar. Pero explicó que van a donde se les invita, que a donde llegan se les apoya con comida y un techo para dormir.
?Estamos cansados, pero también estamos acostumbrados a pasar hambres, a vivir en condiciones humildes, esto no es nuevo para nosotros?, dijo un normalista que se identificó como Uriel Alonso.
Asimismo agradecieron el apoyo moral de los presentes e invitaron a no permitir más abusos de las autoridades, a no esperar que la injusticia nos alcance para ser solidarios como sociedad.
Para concluir dijeron que lo último en el caso Ayotzinapa no está dicho aún, que por ello están solicitando la intervención de organismos y tribunales internacionales, buscando encontrar en el extranjero la justicia que aseguran México no les ha podido brindar.