Se vale desdecirse… En noviembre del año pasado, cuando por segunda ocasión asumió la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (ya había sido jefe de esa corporación en anterior sexenio) Aldo Fasci Zuazua minimizó, muy a su estilo, la situación de inseguridad que vive Nuevo León.

En ese entonces dijo que no se requería una policía de “segundo piso”, porque aquí “todo estaba muy tranquilo”.

Los que saben de temas de seguridad dicen que una policía de “primer piso”, es la que de dedica a temas de prevención de faltas administrativas, como callar a vecinos ruidosos o detener borrachitos.

Mientras que una policía de “segundo piso” abandona el tema de prevención de faltas administrativas para perseguir delitos y delincuentes de más alto impacto, por ejemplo, narcotraficantes o mafiosos.

El “tercer piso” es la persecusión y combate a delitos del fuero federal, como el mismo narcotráfico, el terrorismo y el acopio y admnistración de información para intelgencia.

Pues bien, con el asesinato de un elemento de Fuerza Civil en un municipio del norte de Nuevo León, Fasci cambió de opinión.

Dicen quienes lo entrevistaron que Aldo se veía contrariado al anunciar que la policía estatal se va a dedicar exclusivamente a labores de “segundo piso” y que dejará la responsabilidad de combatir a ruidosos y borrachitos a las policías municipales, salvo en el gran sector de Monterrey que cubre su corporación.

Ojalá y Aldo le haya tanteado esta vez el agua a los camotes.