Tras varios años de lucha armada, el 19 de julio de 1979 el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) derrotó a la dictadura de Anastasio Somoza e inició un proceso revolucionario en el país.
El triunfo de la Revolución Sandinista el 19 de julio de 1979 fue la culminación de un largo proceso histórico de luchas por la liberación nacional y la redención social del pueblo nicaragüense, provocando rupturas sociales y políticas que demandaba la sociedad para superar siglos de atraso, desigualdad y dependencia, abriendo caminos de progreso, de inclusión y equidad social, de protagonismo popular, de dignidad y soberanía nacional.
Ese camino de revolución llega a sus 36 años; las revoluciones son un camino y un horizonte permanente. Se llega acumulando muchos avances, algunos reveses, con nuevos retos, haciendo camino al andar, con ?campañas de buena esperanza? y con el optimismo histórico de construir una nueva sociedad.
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), así denominado en honor de César Augusto Sandino héroe de la resistencia nicaragüense contra la ocupación norteamericana (1927-1933), fue fundado en 1962. Desde un principio se manifestó contra la dictadura de la familia Somoza, contra la influencia norteamericana y a favor de establecer un régimen socialista.
La revolución construye este modelo, que permite ir evolucionando y cambiando con consenso, con conciencia, con inclusión social, todos los ámbitos de la vida, preservando y conjugando con identidad social, cultural y nacional con los valores construidos en un largo periodo por la humanidad.
Sin embargo, tras los efectos devastadores del bloqueo y la guerra financiada y organizada por Estados Unidos, el FSLN perdió en las elecciones de 1990 ante una coalición que reunió a todas las fuerzas políticas opositoras.
Diecisiete años después, también por la vía de las urnas, el Frente retornó al Gobierno para emprender una segunda etapa que, afirman políticos e intelectuales, ha restituido los derechos de los nicaragüenses.
Por eso, la revolución sandinista debemos verla en todo su recorrido, es un acumulado ascendente de evolución, avances, cambios; pasando la primera etapa fundadora de los años 80 de claro beneficio popular y de digna defensa nacional frente a la agresión externa. El revés electoral de 1990 no fue la derrota de la revolución; la revolución siguió defendiendo sus logros y enfrentando a su antítesis: el neoliberalismo.
La Revolución Sandinista es incluyente, plural y diversa, con libertades profundas y un pueblo lleno de conciencia.
Hoy la mayoría del pueblo nicaragüense apoya al gobierno del presidente Daniel Ortega y la nación exhibe logros y resultados muy importantes que llaman mucho la atención. Existen avances en áreas de desarrollo económico y social, así como proyectos en beneficio de la población y sobre todo de los más necesitados.
Hoy Nicaragua tiene una presencia muy importante en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y en Petrocaribe.
?La revolución es purificación?, decía Sandino: Una afirmación categórica que resume la ética de su lucha de liberación pero también el alto nivel de conciencia nacional adquirido a través del conocimiento de las luchas históricas del pueblo de Nicaragua contra la dominación extranjera.
Porque para Augusto C. Sandino la revolución demanda no sólo la purificación individual ?la creación del hombre nuevo, como se diría después? sino también de la purificación colectiva, como pueblo; para depurar la identidad nacional, deslastrándola de los temores pero sobre todo de la vergüenza nacional inculcada por la opresión extranjera.
?Nosotros debemos luchar sin descanso hasta vernos libres del imperialismo yankee, porque éste y su gobierno son enemigos de nuestra raza? comentaba Sandino.
A 36 años de Revolución Sandinista hay camino y horizonte.
Nicaragua celebra este aniversario de la revolución con el presidente Daniel Ortega a la cabeza y con la mirada puesta en las elecciones de 2016, en la que puede aspirar a una nueva reelección.
En noviembre de 2016, Nicaragua elegirá un presidente, un vicepresidente, 90 diputados nacionales y 20 representantes ante el Parlamento Centroamericano.
La Revolución sandinista está consolidada y ha sido fiel a su legado histórico.
?Por la integración y la unidad de América Latina y el Caribe?
Ricardo Chew
Secretario Técnico
Conferencia Permanente de Partidos Políticos
En América Latina y el Caribe (COPPPAL)
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