Pemex se atrofia

Apenas hace una semana, en este mismo espacio, al abordar lo relacionado con el proyecto de reforma a las redes sociales en México que analiza llevar ante el Pleno del Poder Legislativo el coordinador de los senadores por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Ricardo Monreal, hacía una analogía respecto a cómo fue que Venezuela al decretar la “ley mordaza” en la República Bolivariana bajo la égida del malogrado dictador Hugo Chávez, en 2010, ingresó al ‘selecto’ club de países que como China, Irán y Cuba, controlan el ciberespacio. Y hoy, tan solo ocho días después vuelvo a citar aquella nación en desgracia, para ilustrar el peligro que puede derivar de los apagones que cada vez son más frecuentes en nuestro país.

No es un asunto menor que en tres días, 26 entidades de la República Mexicana de las cuales, alrededor de seis millones de ciudadanos padecieran la falta de energía eléctrica y que hubiere pérdidas millonarias en industrias, en la propia empresa abastecedora, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y productores privados.

Los apagones que el lunes sorprendieron a habitantes de Estados al norte y noroeste del país y que en los días subsecuentes se prolongaron a otras entidades, fueron generados por el congelamiento de los ductos de gas natural en Texas tras una inusual tormenta invernal que dejó a la vista de todos “la debilidad del sistema eléctrico mexicano”, declaró Adrián Calcaneo, director de Midstream y Líquidos para América Latina de IHS Markit.

“Creo que nos mostró la debilidad del sistema en México en general. La apuesta a tener acceso al gas natural barato es la lógica y natural, pero no debe ser la única y sobre todo es importante tener un plan B o un plan C y tener un playbook definido en cuestión de riesgo sobre qué hacer para poder evitar situaciones así”, dijo en una videoconferencia de prensa, que replicó en publicación El Financiero.

“Si hubiéramos tenido el gas almacenado para sobrepasar estos dos o tres días no hubiera habido ningún problema, pero esto muestra que nos falta un poco de visión generalizada y sobre todo gestión de riesgo en esta situación y habla un poco de lo endeble que es el sistema ante una situación extrema en muchos aspectos”, comentó.

“El apagón que afectó al norte de México se debió a que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) no quiso pagar más por el gas natural abastecido por el corredor Texas-Kansas-Louisiana ante el alza de precios por el frente polar que azota dicha región estadounidense”, concluyó el especialista.

Por su parte, David Shields, analista de la industria energética, en su colaboración para Reforma, también citó algunas pifias:

“No existe una política clara que abarque desde el desarrollo de reservas y la producción hasta el suministro y consumo de gas natural, a pesar de que, excluyendo a Pemex, el 90 por ciento del consumo nacional se cubre con gas importado, que por fortuna es muy barato. Se han cancelado proyectos de explotación de gas no asociado al petróleo en la Cuenca de Burgos y frente a las costas de Veracruz.

El gobierno rechaza el fracking como opción clave para producirlo. Y prefiere que excedentes de gas importado en el noroeste del país se exporten a Asia, en vez de que haya más compañías privadas generando energía eléctrica en el país. Quedó inconclusa la construcción de varios gasoductos y de estaciones de compresión. Otros ductos están en litigios. No hay gas para la petroquímica. El suministro es escaso incluso en el sureste, que hoy es la única región productora.

Y un hecho grave: casi todo el gas que produce Pemex está severamente contaminado con nitrógeno. Cuando Pemex sobre explotó su mejor yacimiento, Cantarell, inyectándole nitrógeno para mantener la presión, cometió la omisión de no construir plantas para segregar el gas y el nitrógeno que se obtendrían del yacimiento.

El Presidente López Obrador y su equipo o ignoran la problemática o no le dan importancia. Su política energética no se sustenta en análisis técnicos y económicos minuciosos, profesionales e imparciales, para identificar lo que requiere el país. Al contrario, privilegian la ideología, la improvisación, los prejuicios, las ocurrencias iluminadas y la veneración del petróleo.

López Obrador ha planteado metas de producción petrolera, de autosuficiencia energética y de construcción y rehabilitación de refinerías, que resultan irrealizables o inconvenientes al no basarse en un diagnóstico certero en lo técnico y lo económico.

Son metas inalcanzables por razones de mercado y costos, logística, falta de inversión, deficiencias operativas, entre otras. Al limitar la inversión privada directa, se cancelan proyectos que robustecerían los sistemas energéticos y, en particular, la industria del gas natural y la generación eléctrica.

Hoy día, Pemex se atrofia. Si no muere por sus deudas, su corrupción y sus ineficiencias, morirá porque no pudo suministrar gas. Y porque el gobierno no supo elaborar una política integral de gas natural”.(Reforma16/02/2021).

En tanto, el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha responsabilizado al país vecino del norte por el apagón, también dijo que la falla eléctrica deja como lección que México debe ser autosuficiente y con ello justificó la construcción de la refinería de Dos Bocas, al tiempo que criticó a los gobiernos neoliberales por no impulsar un plan para la extracción de gas en México.

"El negocio era comprar el gas porque ahí estaba el moche, la corrupción, los sobornos con las empresas extranjeras", expresó el presidente.

En Venezuela, “La Electricidad de Caracas fue la empresa privada encargada de suministrar energía a la Gran Caracas y sus alrededores desde 1895 y para el año 2000 había sido la empresa líder en el mercado bursátil venezolano y la de mayor distribución accionaria, nacional y extranjera. No fue sino hasta 2007 cuando el fallecido presidente Hugo Chávez la nacionalizó, cambió su nombre a Corpoelec y la adscribió al ministerio de Energía Eléctrica.

En 1994 la compañía eléctrica difundió un comercial en el que explicaba a detalle la distribución del pago del servicio que garantizaba la calidad del mismo.

“Disfrutar de un servicio eléctrico de calidad tiene un costo (…) Lo que pagas por la electricidad te garantiza una calidad de vida”, explicó en su momento Henrique Fernández Escobar, gerente ejecutivo de finanzas de C.A. La Electricidad de Caracas.

Actualmente las fallas eléctricas son de los principales problemas que afectan a la población venezolana, estados como el Zulia, Táchira, Trujillo y Mérida son sometidos a dramáticos racionamientos, mientras que en la capital y el centro del país son cada vez más evidentes los apagones. No obstante, el gobierno de Nicolás Maduro insiste en minimizar la situación y la atribuye al presunto robo de cables y sabotajes a las plantas generadoras.

En los últimos meses, los propios trabajadores de Corpoelec se han hecho eco de denuncias y alegan que el sistema eléctrico nacional no recibe mantenimiento, tiene fallas en sus equipos y existe déficit de empleados, pues es otra de las industrias que no logró escapar de la inminente crisis.

Según estimaciones de Cedice, durante el primer trimestre del año 2018 se registraron 2.300 apagones en todo el país, 320 sólo en la primera quincena de marzo.

Desde el año 2010 el Gobierno venezolano viene realizando un importante racionamiento del servicio eléctrico a pesar de las promesas del fallecido mandatario Hugo Chávez de mejorar los servicios con inversiones en la infraestructura para la distribución y generación de energía.

Mientras tanto, el costo del servicio desde 2007 es un subsidio estatal que ha sido arropado por la devaluación y la hiperinflación. Un beneficio que deja muy lejos la posibilidad de tener un “servicio de calidad”.

López Obrador, instó este jueves a la población a consumir menos energía entre las 18.00 y las 23.00 horas (hora local), que son las horas con pico de gasto.

"De 18.00 a 23.00 podemos apagar focos, dos, lo que no sea tan indispensable para que todos ayudemos", dijo en la rueda de prensa Mañanera.

En abril de 2016, el presidente de Venezuela Nicolás Maduro pidió a las mujeres venezolanas que colaborasen usando menos el secador de pelo como parte de un plan para ahorrar energía.

Entre estas medidas además se redujo la jornada laboral de 5 a 4 días a la semana. El plan también contemplaba una restricción del servicio eléctrico por un lapso de cuatro horas diarias durante 40 días.

En 2019, Venezuela enfrentó el peor apagón de su historia, que dejó pérdidas por al menos 875 millones de dólares a una economía de por sí en ruinas, y sigue llorando a sus muertos, que según se mencionaba, extraoficialmente, la cifra habría alcanzado 21 decesos aquel día pero no se descartaba un número mayor a causa de la falta de energía en los hospitales. Los relatos que alcanzamos a conocer son de terror. 

Los Centros de salud públicos y privados padecieron el apagón que también afectó la falta de agua potable. Desesperados por la falta de líquido, residentes de Caracas acudieron a todas las fuentes disponibles de este líquido para calmar la sed. De igual forma sufrieron una severa crisis de desabasto de alimentos y algunos se vieron forzados a hacer largas filas para obtener los insumos básicos, mientras otros se obligaron a buscar alimentos entre la basura. Sin electricidad, los refrigeradores no estaban funcionando, y los alimentos perecederos se echaban a perder.

El régimen venezolano dijo entonces que un "ataque cibernético" orquestado por Estados Unidos disparó la caída del servicio, pero expertos y opositores apuntaron a la ineptitud y desinversión como las principales causas del apagón.

En México no se puede permitir que estos apagones se conviertan en algo recurrente. Por la razón que haya sido, se debe reaccionar y atender el problema de forma expedita y con estrategias y soluciones proporcionadas por especialistas y estudiosos del tema y no por ocurrencias o medidas y decisiones políticas.

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