Mientras las cifras oficiales proporcionadas por autoridades de Salud en su último reporte semanal apenas contabiliza 3 mil 405 infectados por el virus del dengue, la realidad es que un sub registro estima habría más de 22 mil personas enfermas por esta causa en Jalisco. Y aún cuando el gobierno ha tratado de desestimar la gravedad del asunto, lo cierto es que el padecimiento está desbordado; hospitales públicos y privados se encuentran saturados, familias enteras se reportan infectadas, y el malestar y el enojo de la población es generalizado ante lo que consideran pudo ser evitable de no ser por la displicencia y negligencia de la autoridad para actuar en el tema.

Para los tapatíos ha resultado evidente la falla de la nueva administración, porque aún con sus múltiples defectos, el gobierno anterior tuvo entre sus buenos números la labor de prevención. Para los ciudadanos fue fácil percatarse de la negligencia del gobierno de Enrique Alfaro Ramirez, que dejó de lado las campañas sanitarias tanto en medios de comunicación como las que se llevaban a cabo casa por casa, las cuales algunas veces resultaban hasta molestas por las constantes visitas de funcionarios de salud y su insistencia para pasar a revisar patios y azoteas y dejar los famosos “costalitos” para limpiar pilas de agua y tinacos.

Al asumir el poder en diciembre pasado, Alfaro despidió trabajadores de los programas “patio limpio” y contra el dengue, los contratos de los brigadistas se detuvieron desde diciembre pasado hasta junio, y recientemente hubo de hacer contrataciones cuando el problema ya se había convertido en epidemia.

A lo anterior, habrá que añadir la compra tardía de insecticida que propició se agravara el problema, pues tampoco se llevaron a cabo las acostumbradas fumigaciones calle por calle.

Los presidentes municipales han señalado que el mayor problema se ha detectado en Guadalajara y Zapopan, entre las colonias más afectadas en la Zona Metropolitana se encuentran San Miguel de Huentitán, Panorámica Huentitán, Rancho Nuevo, Lomas del Paraíso, Atlas, La Jalisco, Coyula, El Rosario, La Duraznera, El Tapatío, Santa Ana Tepetitlán, Constitución y Atemajac, barrios donde los propios vecinos reportan no han acudido las cuadrillas encargadas a realizar acciones preventivas como fumigación o colocación de abate.

Simplemente, existe un predio con Ojo de Agua que más bien parece pantano en el corazón del área residencial y comercial más importante de Zapopan, -colindante con planteles y el estadio de una de las universidades privadas más importantes de la entidad y en una zona de comercios y restaurantes así como un hotel ejecutivo-, la cual se encuentra extremadamente contaminada, infestada de moscos y bichos, ubicada justo a un costado de un lugar de fiestas infantiles, sin que autoridad alguna se acerque a intentar contrarrestar el agudo origen de contaminación. Si eso ocurre en esa zona y en un predio municipal, nos preguntamos ¿cómo estará realmente el control en otras zonas con exigencia de focos infecciosos y de distinto nivel socioeconómico que no están a la vista?

De ahí que no sorprenda Jalisco ostente el segundo lugar a nivel nacional en casos reportados de dengue con su limitado y falso conteo de 3 mil 405 enfermos y dos defunciones, cifra a la que habrá de añadir la muerte de una joven madre embarazada, mientras se mantienen en estudio otros 13 casos sospechosos de fallecimiento que no han sido confirmados desde hace tres semanas tan solo en el sector público.

El caso es que ni entre los propios funcionarios encargados de la salud se ponen de acuerdo en cuanto a la información que van generando y proporcionan a los medios de comunicación.

En este caso, la directora de Prevención y Promoción de la Salud del Organismo Público Descentralizado, Servicios de Salud Jalisco, Blanca Estela Bravo Lara, reconoció que “la situación comenzó agravarse ante la falta de acciones anticipadas de prevención y fumigaciones, iniciando en junio”.

Dijo también que ante el despido de más de mil 500 personas de los programas principales como son “Patio Limpio” y contra el dengue ocurridos tras el cambio de administración, hubo de contratar recientemente más brigadistas y ya hay cerca de mil de ellos recorriendo las colonias de la Zona Metropolitana de Guadalajara y del interior de Jalisco, aunque nadie los ha visto.

Por su parte, la directora del OPD Servicios de Salud Jalisco, Consuelo Robles, con la soberbia que caracteriza a la nueva administración, y como si se tratase de castigar a los ciudadanos por encima de proteger la salud, la ex diputada dijo en entrevista, “podemos nosotros fumigar y terminar en siete días con el mosquito, pero lo que estamos haciendo es incrementar una estrategia de corresponsabilidad con las ciudadanos para que hagan la limpieza de sus patios, para que descacharricen. Podemos contratar mil o dos mil (brigadistas) pero si no empezamos a ejercer estas acciones de descacharrización y patio limpio, no vamos a poder terminar con el mosquito”, -como si el tiempo no fuera un factor de vida o muerte frente a la gravedad del exponencial problema de salud-.

Envalentonado como es su costumbre, el gobernador Enrique Alfaro subió a sus redes sociales un texto a través del cual también responsabiliza a los ciudadanos de la problemática, y rechazó que el gobierno no esté “haciendo su chamba”.

Así pues, Alfaro Ramírez además de repartir culpas, pronunciar pretextos, y ofrece cifras maquilladas o incompletas por decirlo de alguna manera, aseguró también existe personal suficiente en los hospitales públicos para brindar la atención, lo cual es fácilmente de contradecir si se pregunta a cualquier enfermo o familiar de éste que haya acudido en los últimos días a algún centro de salud, donde las filas de pacientes en espera son interminables, muchos se retiran sin ser atendidos y la mayoría tiene que practicarse y pagar de su bolsillo las pruebas de laboratorio en consultorios privados porque en los públicos no se dan abasto.

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