Esa sola declaración contrasta con los mecanismos legaloides que, en los hechos, Ricardo Benjamín Salinas Pliego, presidente de Grupo Salinas, ha utilizado para acrecentar su poderío económico en que pueden contarse desde tiendas de aparatos electrodomésticos, con presencia extendida a buena parte de América Latina, un banco, una televisora, equipos de futbol, empresas de telefonía celular, entre otros muchos negocios. Hechos al amparo de la libertad económica que defiende tajantemente en otros apartados dentro del mismo blog. Así defiende la libertad el segundo hombre más acaudalado del país. El 37° a nivel mundial, según la revista Forbes:
Seguramente muchos recuerdan la madrugada del 27 de diciembre de 2002, cuando, en un acto a todas luces ilegal, trabajadores de Televisión Azteca tomaron por asalto las instalaciones de Canal 40. Una toma violenta de las antenas de transmisión. Con intimidación narrada por los trabajadores del canal, concesionado originalmente a Javier Moreno Valle. Hoy, ese canal transmite la señal de Proyecto 40, con talento, producción y lucro de Grupo Salinas. Y los órganos reguladores del estado mexicano respondieron: ¿Y ellos por qué? Así nos instruye la historia sobre la libertad.
Es del dominio público, la devolución gubernamental, durante la administración foxista, de 550 millones de pesos a la empresa UNEFON del mismo Salinas Pliego por intereses supuestamente mal cobrados. Así se defiende la libertad.
La ley amordazada para permitir la asociación entre Televisa y Iusacell. A pesar de los impedimentos legales, ambas empresas retan a la autoridad con estrategias falaces como el retiro del logo institucional en el edificio administrativo de la telefónica para impedir que la notificación sobre la ilegalidad de la asociación corporativa, por parte de la Comisión Federal de Competencia, llegara en tiempo y forma, persistencia desleal a la reglamentación mexicana. Así se construye la libertad para Ricardo.
Benjamín sostiene públicamente una crítica a su competidor Carlos Slim a quién adjudica un retraso en la competencia leal en el sector de Telecomunicaciones, lo llama “monopolista”. Así defiende la libertad económica, mirando a sus adversarios como distorsionadores del entorno económico, aun cuando se percata de que él mismo lo hace, de manera flagrante y en detrimento de los mexicanos. Una anécdota: antes de ingresar al Grupo Elektra, en los años 80, Ricardo Salinas Pliego trabajó en el departamento de Auditoría de Sanborn’s, cadena que hoy pertenece al Grupo Carso, propiedad de su acérrimo competidor, Carlos Slim.
Hace algún tiempo el defensor voluntarioso de la libertad sostuvo: "Si me preguntan a dónde me gustaría volver a vivir respondería que en la etapa de la Conquista, del lado de los conquistadores. No creo en la democracia: no hay democracia en México y espero que pase mucho tiempo antes de que la haya, porque hoy los mexicanos no están preparados para ella." Así de claro es el mensaje del dueño de Grupo Elektra. Así de argumentativa es su defensa retórica de la libertad de los mexicanos. “De lado de los conquistadores…”. Así puede entenderse su declaración respecto al debate presidencial del próximo domingo. ¿Qué otra cosa podría esperarse?
Efectivamente, no hay ninguna ley que obligue a los concesionarios a transmitir el debate presidencial. Si en México hubiese Estado de Derecho, si hubiera Democracia, primero, no habría concentración monopólica del sector televisivo y, segundo, personas como Salinas Pliego entenderían la función social de la televisión. Esa sí, obligatoria, pero la comprensión e interpretación de la ley le viene quedando guanga al “enemigo equivocado” (así se denominó y corrigió a Javier Moreno Valle cuando éste sostuvo que se había “equivocado de socio” en 2000, ante el problema legal entre ambas televisoras).
Así, el que defiende la libertad, pero desea e implora que no haya democracia, así el que concentra la competencia en el sector televisivo y denomina monopolista a su competidor, así el “enemigo equivocado”, así, así se defiende, construye y entiende la libertad en el mundo “Salinas Pliego”, los debates no son importantes, mejor un partido de futbol soccer.
¿Sería diferente la cultura política de los ciudadanos mexicanos si las televisoras se preocuparan por elevar el nivel de sus contenidos en ese aspecto? Sí. Igual que se han conservado los prejuicios oscurantistas que promueven en calidad de “secretarías de educación pública…” así, lo dijo Lujambio, ex secretario de Educación Pública.
Así ¿verdad Ricardo?