Agustín Guerrero me recordó que hoy era aniversario del natalicio de Gilberto Bosques Saldívar. Efectivamente, el 20 de julio de 1892, nació en Chiautla de Tapia, Puebla, Bosques Saldívar. Hoy se cumplen 125 años de su natalicio. Un político mexicano, sí, un político mexicano como lo fue Benito Juárez García, como lo fue José María Morelos, como lo fue Miguel Hidalgo, como lo fue Francisco Villa o Emiliano Zapata, políticos todos, enormes seres humanos comprometidos con su pueblo y con su patria.

Gilberto Bosques Saldívar fue enviado, en representación personal del presidente Lázaro Cárdenas del Río, a París y desde ahí, en un trabajo diplomático valiente y comprometido, salvó la vida de cerca de 30,000 refugiados y perseguidos políticos por el franquismo, el fascismo y el nazismo en Europa. El envío a México el famoso barco con niños españoles, fue responsable del envío a México de gran número de republicanos de aquel país, perseguidos por Francisco Franco. Todo fue obra de este importante político y diplomático mexicano. Cuando la Segunda Guerra Mundial se desató, su labor fue enorme y abrió el camino de la salvación a decenas de miles de refugiados y perseguidos políticos. Su tarea fue tan importante, que violando toda norma diplomática, el gobierno nazi lo apresó junto con el personal de la embajada mexicana en Francia. Mantuvo una postura digna, valiente y comprometida aun en cautiverio. Después de ser liberado, continuó con una larga y exitosa carrera diplomática, que culminó con la representación de México a principios de los años 60, en la Cuba hostigada y bloqueada económicamente por el gobierno imperial de los Estados Unidos. 

Bosques Saldívar, mantuvo en Cuba la digna posición del gobierno mexicano de no romper relaciones con el gobierno de la isla y de brindar todo el apoyo, frente al bárbaro acoso, agresión e intromisión descarada del gobierno estadounidense contra el hermano país. A contrapelo de la mayor parte de América Latina y el mundo, el gobierno mexicano fue siempre solidario con el pueblo y el gobierno cubano.

Era la época de oro de la diplomacia mexicana, reconocida y respetada en el mundo por ser absolutamente consecuente con el principio de respeto a la soberanía y a la libre determinación de los pueblos. Gilberto Bosques Saldívar fue un destacadísimo exponente de esa honrosa política exterior mexicana. Después de una larga trayectoria en el servicio exterior mexicano, Bosques Saldívar tuvo la dicha de vivir hasta los casi 103 años, murió 16 días antes de cumplirlos, el 4 de julio de 1995.

Hoy, la política exterior la representa Luis Videgaray. A pesar de haber estudiado en el MIT (o quizá por eso, no lo sé), Videgaray es un tipo sin honor, sin principios, sin patriotismo y sin dignidad. Después de ser revivido políticamente por su relación con Donald Trump y luego de ser nombrado canciller mexicano, se ha caracterizado en esta función por su absoluto servilismo al gobierno de Estados Unidos. Ha hecho de la política exterior mexicana, la punta de lanza  de la ofensiva contra el pueblo y el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela. Después de sus ataques infructuosos al hermano país, promovió la reunión de la OEA en México para legitimar el intervencionismo de Estados Unidos en Venezuela. Obtuvo un nuevo fracaso y a pesar de ello, no ha desistido en su canallesca función. El día de hoy, emitió un comunicado a nombre del gobierno mexicano, llamando al presidente legal y legítimamente electo por el pueblo de Venezuela, Nicolás Maduro, para que cancelara la convocatoria para elegir a la asamblea constituyente del hermano país. Argumentó que esa elección iba en contra de la democracia y de la solución por la vía pacífica de los conflictos que vive Venezuela. ¿Con qué fundamento legal y político se atrevió Videgaray a realizar tan desparpajada declaración?

Videgaray no sólo violenta la Doctrina Estrada, aportación central de la diplomacia mexicana a la diplomacia mundial, basada en el respeto a la soberanía y a la libre determinación de los pueblos. Peor aún, se entromete en la política interna venezolana al cuestionar la determinación del Presidente Maduro de dar una salida democrática al conflicto político que se vive en Venezuela convocando al pueblo a elegir una asamblea constituyente que tiene capacidad de resolver cualquier tema que en ella se presente. No solo interviene en asuntos que no son de su incumbencia, Videgaray plantea que dar al pueblo venezolano la determinación y la solución de la crisis política del hermano país ¡Es antidemocrático! 

Pero no se detiene allí la imprudencia de Luis Videgaray e invita al presidente venezolano a suspender la convocatoria para la elección de la asamblea constituyente. En un inaudito arranque de ignorancia y prepotencia, deja de lado que un poder de la República Bolivariana de Venezuela convocó a la elección: el poder electoral. Pero además pretende dar clases de democracia al hermano país, cuando en México no se respeta el voto ni siquiera para la elección de gobernadores de estados de la República, como es el caso de Coahuila y México. Se atreve a entrometerse en los asuntos internos de Venezuela, cuando forma parte de un desgobierno criminal que ha bañado en sangre al país. Cuando México ostenta el vergonzoso segundo lugar en el número de seres humanos asesinados y el segundo lugar en periodistas asesinados del mundo, y aun así pretende  pasar por encima del gobierno venezolano bajo la mascarada de darle consejos.

Cuando en nuestra patria están a punto de cumplirse tres años de la desaparición forzada de 43 normalistas. Cuando todos los días mueren centenares de personas, y cada 20 minutos está siendo asesinando un mexicano. Cuando en México se perpetran masacres por parte del ejército permanentemente y se justifican con el argumento de que los seres humanos asesinados, forman parte del crimen organizado.

Cuando México es un país bárbaramente desigual en donde 50 millones de mexicanos viven en extrema pobreza y 16 mexicanos concentran 143,000 millones de dólares. ¿Cómo puede Videgaray tener la caradura de abrir la boca para criticar a otra nación cuando en México los gobernadores y exgobernadores de su partido están señalados por graves casos de corrupción? Donde él mismo y su jefe Enrique Peña Nieto, han sido evidenciados en brutales casos de corrupción; su jefe con la "Casa Blanca" de 8 millones de dólares y el propio Videgaray, con su casa de descanso en Malinalco, con valor de 10 millones de pesos y un jardín que por sí mismo, vale 2 millones de pesos.

Cómo se atreve a abrir la boca Videgaray cuando los ex gobernadores de su partido son prófugos de la justicia. ¿Cómo puede hablar el canciller mexicano de resolver conflictos de manera pacífica, cuando asesinan, desaparecen y encarcelan a líderes sociales y políticos opositores  al desgobierno criminal del que él forma parte en México? 

Así que hoy tenemos dos retratos extremos de la diplomacia mexicana: la honrosa y prestigiada política mexicana de la que formó parte, de manera destacada, Gilberto Bosques Saldívar y, la política servil, rastrera, inhumana, hipócrita y desleal que encarna Luis Videgaray. 

El gobierno de Enrique Peña Nieto nunca me ha representado. Pero hoy, ese gobierno que envilece las instituciones de la República, no sólo no me representa, sino que lo repudio y lo combato, buscando su deposición por traicionar a los intereses de nuestro pueblo y de nuestra patria y por voltear la espalda a la patria grande, a América latina y, por apuñalar al hermano pueblo venezolano.

"El pueblo tiene derecho a vivir y a ser feliz"

Gerardo Fernández Noroña.

México D.F. a 20 de julio de 2017.