El incidente más sangriento en los 19 meses del gobierno de López Obrador fue el 1º de julio en Irapuato, Guanajuato: 26 personas fueron asesinadas en un centro de rehabilitación.

Al día siguiente, el presidente prometió no abandonar a los guanajuatenses. Ayer platiqué con un empresario de Celaya y me pidió que escribiera lo siguiente en este artículo: “Órale, señor presidente, le tomamos la palabra.

“Estamos desilusionados ante los gobiernos fallidos a nivel municipal, estatal y federal que padecemos.

Vivimos maniatados por las bandas ‘Jalisco Nueva Generación’ y ‘Santa Rosa de Lima’, que hacen lo que se les pega la gana, imponiendo su autoridad, a tal grado que amedrentan a las policías y jueces para ponerlos en libertad después de haber sido detenidos en flagrancia”. Me dijo.

De todos modos él le iba a decir hoy todo esto a AMLO, porque resulta que consiguió una reunión con el dueño de la 4T para preguntarle cómo le van a hacer los tres niveles de gobierno para resolver la mayor escalada de violencia que registra Guanajuato en su historia moderna.

Y para que vean cómo se la gasta la IP mexicana ―que sigue creyendo que la “P” significa “privada” y no “pública”, como es su obligación para fungir de contrapeso al poder de MALO―, de los cinco empresarios que estaban anotados para esa cita, cuatro se rajaron y dejaron solo al de la iniciativa.

Ante esto, ayer que hablé con él me dijo: “Ni modo de que vaya yo solo porque me pongo en la mira de los malos”.

Y tiene razón. ¿Quién va a querer arriesgarse con semejante acto de valentía que rayaría en lo heroico, debido a la supina incapacidad de las fuerzas federales, estatales y municipales de seguridad?

Pero independientemente de esto, ¿así quiere el sector empresarial jugar su papel como factor del desarrollo de México?

Claro, estoy hablando en general y por ahí me pueden tundir, pero resulta que en mis conversaciones de estos días con capitanes de industria he notado un miedo bárbaro para dar la cara y ejercer el contrapeso natural que la IP había jugado ante el poder del gobierno, en tiempos de los verdaderos percherones que comandaban a los organismos cúpula del sector privado.

López Obrador también dijo con motivo de la masacre de Irapuato: “Es nuestra responsabilidad proteger a la gente de Guanajuato”.

Pero no envió tropas adicionales ni Durazo lo hizo con su “Guarida Nacional”, a pesar de que en su discurso el presidente dijo que los federales ya estaban ahí.

El cinismo de Durazo llega a tal grado, que le pidió a MALO permiso para ausentarse de sus obligaciones durante esta semana. Increíble que lo haya hecho e inaudito que el presidente lo tolere y más sabiendo que hoy estará en la entidad más golpeada por el crimen organizado.

Casi el 50% de los paisanos que trabajan en Estados Unidos son originarios de Guanajuato y en ese estado viven miles de sus familiares.

Por lo tanto, el daño físico y en imagen de la inseguridad contra México rebasa la frontera norte, y esto no escapa a las prioridades del gobierno de Trump, quien cuando López Obrador todavía volaba desde Washington hacia la CDMX, ya estaba dando la orden de aumentar en un mes más el paso de mexicanos hacia territorio estadounidense y acelerar la construcción del muro fronterizo.

Ese es el doble lenguaje que ninguno de los alucinados “asesores” de Palacio Nacional pudieron advertir antes del arrodillado viaje del presidente de la 4T a la Casa Blanca.

CAJÓN DE SASTRE

“De última hora, el empresario de Celaya recibió un WhatsApp del séquito presidencial para avisarle que no podría realizarse la reunión que estaba agendada entre AMLO y los empresarios. Esto vino a salvar la honra de los cuatro rajones”, dice la irreverente de mi Gaby.

placido@detona.com

PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “María Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “SIP, Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Es miembro de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe diariamente su columna “IRREVERENTE” para prensa y TV en más de 50 medios nacionales y extranjeros. Maestro en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras, de distinguidos comunicadores. Como montañista, ha conquistado las cumbres más altas de América.