Enrique Ochoa Reza fue nombrado el nuevo dirigente del PRI el pasado 12 de julio en sustitución de Carolina Monroy. El nuevo dirigente del Revolucionario Institucional proviene de la CFE como Director General y antes estuvo en el Consejo de Administración de PEMEX. Ochoa Reza llega a un PRI que se encuentra en crisis, con un rechazo por la sociedad y con un presidente Peña con la menor aprobación de los últimos años. A su llegada dijo que Peña Nieto es el mayor activo del PRI, el mensaje fue claro, quien manda en ese partido es el presidente de la República y con la salida de Manlio Fabio Beltrones ya no hay contrapesos al interior del PRI.
¿De dónde sale Ochoa Reza? No es una figura mediática priista como Beltrones o de una trayectoria como la tuvo Pedro Joaquín Coldwell, tampoco de peso como otras figuras actuales como el Secretario de Gobernación Osorio Chong. Dado el currículum de Ochoa Reza es catalogado como un tecnócrata y con un perfil que hacía mucho tiempo no tenía un líder al frente del PRI. Al parecer la estrategia de Peña Nieto al designar a Ochoa Reza es similar cuando nombró a Aurelio Nuño como Secretario de Educación, es decir, son dos personajes muy similares en cuanto a la cercanía al presidente y que fueron parte de una secretaría en la cual hubo una Reforma de las llamadas estructurales. Además de que tanto dentro del PRI como fuera no eran muy reconocidos ¿le funcionará este método al presidente?
Aurelio Nuño ha sido parte del fracaso de la implementación de la Reforma Educativa, dejó que la CNTE creciera en este conflicto y ahora está en la mesa de negociación con la SEGOB y echando atrás la reforma que fue catalogada “de alto calado”. Tal vez el perfil para un Secretario de Educación con este entorno de Reformar la cuestión laboral de los profesores se requería a una figura de mayor capacidad y peso político. Dentro del gabinete el presidente designó a lo que él cree mejor, ¿y en el PRI dónde están las voces que pudieran sugerir una mejor opción al frente de su partido? El grupo Atlacomulco está llevando al PRI de una manera muy parecida a como los chuchos llevaron al PRD en la peor crisis que pudieran tener. El PRD está en una de sus peores etapas y si van solos para 2018 es probable una mayor debacle. El PRI aún no llega a esos niveles dada la estructura que tiene en todo el país, pero el diagnóstico para el Revolucionario Institucional no se ve muy halagador.
Ochoa Reza llega en una apuesta muy arriesgada para rescatar no solo al partido sino da la impresión de que ayudaría a mejorar la imagen del gobierno de Peña. El día lunes en el programa “Es la Hora de opinar” en ForoTv, Héctor Aguilar Camín hace referencia a Ochoa Reza como la apuesta de Peña Nieto para la presidencia de 2018, es decir, dado el fracaso con Nuño repite la fórmula, pero ahora desde la dirigencia del PRI. ¿Pudiera ser un nuevo destape el nombramiento de Ochoa Reza? El nuevo dirigente tricolor tiene la difícil misión de convencer al interior del PRI que el proyecto de Peña sigue a pesar de que vaya en picada. No se ve como pueda levantar la mala aprobación del gobierno, el rechazo de la sociedad hacia el partido y sobre todo ¿cuál será su postura con respecto a los escándalos de los gobernadores priistas de Chihuahua, Veracruz y Quintana Roo? A decir verdad, no solo el que castiguen a estos gobernadores puede generar una posible recuperación de la aprobación del partido y de Peña, sino que vaya conjunta de demostrar que cometieron actos ilícitos en sus administraciones. El discurso posible de Ochoa Reza debe hacer sentido con acciones del gobierno. Por otro lado, si no hay una posición en el tema de la corrupción y por el simple hecho que Peña Nieto ya se disculpó sobre el escándalo de la “casa blanca” y deciden no hacer nada, tendrá repercusiones para los siguientes años tanto dentro del partido como fuera.
Para 2017 Ochoa Reza tiene una misión muy importante en la elección del Estado de México, más que para el PRI en sí, es de vital importancia para el grupo Atlacomulco. Eruviel Ávila, el actual gobernador del Estado de México, no es parte del llamado grupo Atlacomulco y será importante ver el siguiente año si el candidato del PRI a esa entidad será del actual gobernador o del grupo Atlacomulco. Eruviel Ávila tiene aspiraciones a ser presidente de la República y eso le puede generar ruido al interior del partido no solo a Ochoa Reza sino al mismo Peña Nieto.
Dada la crisis actual de Peña Nieto y del PRI, aunque no llegaran a perder el Estado de México, sí pueden quedar muy debilitados para 2018 si la izquierda llega a aliarse y si el PAN se saca de la manga a un buen candidato. Puede ocurrir lo mismo que en Veracruz, es decir, que pueden llegar a tener un tercio del voto cada partido (es un hipotético desde luego). ¿Por qué Peña Nieto usa la misma fórmula que usó en la SEP en la dirigencia del PRI? El actual gobierno federal da la impresión que no dimensiona la diferencia de gobernar al país con la de gobernar el Estado de México. Si bien desde Toluca los gobiernos priistas hacen y deshacen en lo largo y ancho del Edomex, esa fórmula no puede funcionar de la misma manera a nivel nacional en los diferentes escenarios. La necedad del presidente Peña de tener líderes políticos que tengan una imagen muy similar a él ya le cobró factura muy costosa en el tema de la Reforma Educativa. Ahora que el presidente del PRI es muy allegado a Peña no hay fuerza al interior del partido que pueda generar una propuesta diferente.
La tarea de Ochoa Reza es muy similar a la de Alejandra Barrales en el PRD, tienen pocas estrategias para maniobrar a su favor, tienen un escenario muy complejo al frente, el rival a vencer en 2018 es López Obrador. Y sobre todo que para las elecciones presidenciales que si bien ya están a la vuelta, aún faltan dos años y el desgates que puede tener tanto Ochoa Reza y el mismo Peña con esta apuesta tan arriesgada les puede significar seguir en picada.
Twitter: @Hugo_Canelo
