Es importante darnos cuenta de que en un solo día podemos sentir diferentes emociones. Pueden ser miedo, alegría, tristeza, enojo, amor, o algunas otras que se derivan de éstas. Es bueno y normal sentir emociones porque eso quiere decir que como seres humanos somos sensibles a todo lo que sucede a nuestro alrededor. Lo importante de las emociones es reconocerlas, controlarlas y canalizarlas de una manera adecuada. Una manera de saber lo que sentimos es hacer conciencia por ejemplo, cuando nos enojamos, qué es lo que estoy pensando en ese momento, qué reacciones físicas noto en mi cuerpo, qué actitud tomo, mi expresión facial, cuál es mi lenguaje verbal y no verbal etc. Puedo hacer también una evaluación preguntándome si mi enojo tuviera color, cuál sería, si tuviera peso, cuánto pesaría y si lo pudiera simbolizar, con qué lo compararía. Este ejercicio se hace para tener una idea de las dimensiones, del poder, de la energía positiva o negativa que guarda cada una de las emociones que sentimos, para darnos cuenta que no es bueno guardar tanta negatividad dentro de nosotros y entender por qué una emoción negativa nos paraliza y nos puede llegar a hacer tanto daño a nosotros y a los demás y es necesario sacarla. Finalmente, nosotros podemos decidir hacer algo para borrar ese sentimiento de nuestras vidas o seguirlo alimentando. Puedo también dibujar mi enojo y observarlo. Tal vez preguntándole algo, o diciéndole que se vaya de nosotros para siempre. Esto aunque es simbólico, es una buena manera de darnos cuenta de los sentimientos con los que vamos por la vida. Lo más grave de esto es que cuando guardo enojo, miedo, frustración, rencor o cualquier otra emoción negativa, y además la alimento y la conservo, hago que crezca y que permanezca como una parte de mí. Quiere decir que ese sentimiento negativo se va adueñando de nuestra persona, como si fuéramos una sola cosa, y mi cuerpo, mi rostro, mis palabras y mi postura van a ser también de esa forma. Voy a proyectar enojo, amargura, dureza, hostilidad y así se va a ir definiendo mi imagen ante los demás y ante nosotros mismos. Porque lo que traemos por dentro es lo mismo que reflejamos por fuera. Tratemos que hacer una limpia en nuestra mente y en nuestro corazón y quitemos todo lo que nos hace daño para empezar de nuevo si es necesario. Para cambiar la química y la apariencia de nuestra persona, respirando aire nuevo y dejar que nuestro corazón se renueve y lata pero no de coraje ni de estrés, ni de miedo, sino que sirva para darnos más y mejor vida. Que funcione porque está en armonía con la vida y que cuando algún día deje de latir, sea por haber vivido y disfrutado todos y cada uno de los momentos en la vida.
Buen fin de semana.